miércoles, 15 de septiembre de 2010

L'OFICI DE VIURE: HO'OPONOPONO 2

El programa de Catalunya Radio: L'ofici de viure dedicó este verano un especial de HO'OPONOPONO,
aquí os dejo el enlace para quien quiera escucharlo.
Que lo disfruteis
Lo siento, perdona, gracias, te amo.


http://www.catradio.cat/audio/450077/Lhooponopono-2

CREAMOS LA REALIDAD CON NUESTROS PENSAMIENTOS

Magazine La Vanguardia 12/09/2010
Joe Dispenza
"Creamos la realidad con nuestros pensamientos”
Texto de Elisabet Bonshoms
Fotos de Xavier Cervera
Joe Dispenza experimentó en sí mismo las posibilidades de la mente para influir sobre el físico, tras sufrir un grave accidente a los 24 años. Durante décadas se ha dedicado a estudiar lo que se denomina neuroplasticidad, o capacidad del cerebro para modificar los circuitos que conectan las neuronas. Algo que permite cambiar lo que no gusta de uno mismo y mejorar como personas.


Joe Dispenza estudió Bioquímica en la Universidad de New Brunswick (Nueva Jersey) y es doctor en Quiropráctica por la Life University de Atlanta (Georgia). Llena salas de conferencias en Estados y Unidos y Europa explicando de forma sencilla cómo cambiar. Cómo los pensamientos provocan reacciones químicas que influyen directamente en la salud y crean una realidad propia. Lleva décadas estudiando la neuroplasticidad, esa capacidad que tiene el cerebro de adaptarse a los cambios y modificar los circuitos que conectan todas las neuronas.
Él es un ejemplo vivo de su propio cambio. A los 24 años sufrió un grave accidente que afectó a sus vértebras dorsales. Le vaticinaron que se quedaría toda la vida en una silla de ruedas. Pero decidió no operarse y experimentar, en cambio, la capacidad de regeneración de su propio cuerpo. Coautor del filme récord de taquillas Y tú qué sabes, que trata sobre el poder de elegir, en junio ofreció un taller en la Universidad de Barcelona basado en su libro Desarrolla tu cerebro.
Alguien discute con su pareja y termina con un: “Soy así, no puedo cambiar”. ¿Qué le diría usted?
Que no es verdad. Se producen una serie de reacciones químicas en el cuerpo que hacen creer que no se puede cambiar, pero la evidencia de la ciencia dice todo lo contrario. Hay que olvidar la idea de que el cerebro es un órgano estático, rígido e inmutable. Sí, podemos cambiar.
¿Cómo?
Cambiando de pensamiento. El interruptor que activa el cambio es la voluntad, porque desencadenará una nueva información. Cambiar es pensar de forma más amplia, trascender tu propio entorno. Es conectarte a un sueño, a una idea que ya existe en el campo cuántico de posibilidades. Es creer en ese futuro cuando todavía no se puede percibir con los sentidos.
¿Por qué es tan difícil cambiar?
Porque las reacciones emocionales son muy adictivas. Puedes decirte a ti mismo que no te gusta tu trabajo ni tu relación de pareja, que no te gusta nada de lo que haces y tienes en tu vida. Pero eso es una emoción que la mente ha memorizado para reafirmar su identidad. Esas reacciones químicas alteran nuestra percepción de la realidad e impiden la entrada de cualquier otro tipo de información en nuestro cerebro. Para cambiar hay que romper esa emoción.
Pero no es nada fácil cambiar los pensamientos.
Lo primero que hay que hacer es observarlos y relacionarlos con lo que te pasa en la vida. Así uno empieza a ver reflejados en su cotidianidad los efectos que ha creado con cada uno de sus ­pensamientos.
¿Por qué da miedo cambiar?
Porque eso supone pasar de una situación cómoda y predecible a otra desconocida. La mayoría de las personas sueñan con emprender cosas nuevas, pero no pasan a la acción, se quedan en el plano intelectual. ¿Cómo podemos realizar estos proyectos si seguimos apegados a lo familiar y convivimos con esta vieja personalidad? Para experimentar algo nuevo tenemos que arriesgar, dejar el territorio de lo predecible y entrar en el terreno de la incertidumbre.
¿Qué se debe cambiar para crear una nueva vida?
Hay que cambiar no sólo lo que se piensa y se hace sino también cómo se siente. Uno no puede esperar que pase algo diferente en su vida si tiene los mismos pensamientos, hace las mismas cosas y abraza las mismas emociones cada día. Si somos capaces de cambiar la interpretación de nuestra realidad, nuestro cerebro trabajará con nuevas secuencias y patrones. Y eso es lo que cambia la mente, porque la mente es el cerebro en acción.
¿La neurociencia puede demostrar que los pensamientos crean el camino?
El modelo neurocientífico dice que podemos cambiar en cualquier momento de nuestra vida. Cambiaremos nuestro cerebro con cada nuevo pensamiento, con cada nueva experiencia, con cada sueño que persigamos. El ingrediente principal es la información, el conocimiento. Cada vez que aprendemos algo nuevo añadimos una nueva conexión en nuestro cerebro.
¿Cómo se puede enseñar a los hijos a no ser personas definitivas, a vivir en el cambio?
Lo primero es enseñarles inteligencia emocional, enseñarles a controlar las emociones y decirles que las emociones son lo que nosotros somos. En segundo lugar no hay que enseñarles nada que nosotros no seamos capaces de hacer. Los niños se fijan más en lo que hacemos que en lo que decimos porque tienen más activas un tipo de neuronas llamadas neuronas espejo, que copian lo que hacemos. Si quieres que estén de acuerdo con el cambio, demuéstrales lo versátil que eres, y así serán independientes. En tercer lugar, no se debe intentar razonar con los hijos durante una reacción emocional porque te van a dejar solo. Hay que permitirles la libertad de tener esa reacción y hacerles saber que se les está observando. Al cabo de un rato se les debe hablar sobre lo que uno quiere cambiar de sí mismo y crear el entorno para que ellos empiecen a observar quiénes son, sin juzgarlos. Y preguntarles qué harían diferente si vivieran de nuevo la misma experiencia. De esa forma se empieza a cambiar su cerebro y su cuerpo mucho más allá de la experiencia presente. Y se les da confianza para que empiecen a abrirse a su propio potencial.
¿En cada momento se vive lo que uno ha creado con sus pensamientos?
Sí. Sin duda. Somos los creadores de nuestras realidades. El problema es que la mayor parte del tiempo son nuestros pensamientos inconscientes los que crean esa realidad. Son programas que funcionan justo debajo de nuestra conciencia y que memorizan comportamientos, pensamientos y reacciones emocionales. Estos son los que crean esa química que nos hace reaccionar siempre de la misma manera.

Pero nadie quiere vivir una enfermedad o un accidente, por ejemplo.

Uno mismo no crea ese accidente o esa enfermedad de forma consciente, pero quizás ha estado pensando inconscientemente cuán terrible es su vida, cuánto está sufriendo, lo triste que se siente, cuánto dolor tiene dentro… Ha creado, en su subconsciente, un refuerzo de las emociones de dolor y sufrimiento, y eso se refleja fuera, en su vida, en un accidente o enfermedad. Hay algo importante: nunca debemos culparnos por nuestras creaciones, todo es aprendizaje.
La clave es cambiar el propio estado emocional…
Las emociones son experiencias que el cuerpo memoriza. Si una persona está viviendo con las mismas emociones cada día, es que no le está ocurriendo nada nuevo. El cuerpo cree que está en la misma experiencia todo el día. La redundancia de este ciclo entrena al cuerpo para estar en el pasado en vez de en el momento presente, y la persona, con sus pensamientos, vuelve consistentemente al pasado porque su emoción está conectada al pasado. Cuando una persona quiere cambiar intenta pensar en un futuro, pero las emociones le devuelven al pasado. Por eso es tan importante cambiar nuestro estado emocional.
¿Las enfermedades, las crisis, las pérdidas hay que verlas como un trampolín para cambiar?
Esos traumas, esas crisis, son, efectivamente, catalizadores del cambio. Una gran mayoría de las personas requiere de un estado de sufrimiento para decidirse a cambiar. Pero también podemos cambiar desde un estado de bienestar y de alegría mediante el proceso de soñar una nueva vida. No es cierto que nuestro destino se encuentre escrito en los genes.
¿Cuál es el mayor factor desen­cadenante de las enfermedades?
Entre un 75% y 90% de los occidentales acude al médico debido al estrés emocional. Emociones que se esconden detrás del estrés y que tienen que ver con el enfado, la frustración, el odio, el juicio, el dolor, el sufrimiento, la culpa, la desesperanza, el miedo, la ansiedad, la falta de poder, la inseguridad… Si estás ante un reto, tu cuerpo crea un montón de reacciones químicas para movilizar esa energía. Esencialmente, los pensamientos y las emociones pueden hacernos enfermar, pero si nos hacen enfermar también nos pueden sanar.
Los humanos saben que quieren cambiar, pero la mayoría de las veces no tienen la evidencia de lo que quieren ser o hacer.
Es cierto. Cuando no sabes qué quieres ser o hacer, primero debes decidir quién no quieres volver a ser, de qué modo no quieres volver a pensar jamás, cómo no quieres sentirte y cómo no quieres actuar. Tienes que empezar a crear y reinventarte a ti mismo, romper el hábito de ese yo antiguo y reaprender. El pensamiento positivo no es suficiente, hay que entrar dentro de uno mismo y empezar a deconstruir.
Usted tuvo un accidente muy grave de joven, y los médicos le dijeron que no volvería a andar. ¿Por qué creó ese accidente y cómo lo superó?
A mis 24 años vivía una vida de éxito y bienestar que yo creía que era completa. El accidente fue probablemente una de las mayores bendiciones de mi vida, porque me llevó a cuestionar mis valores y a empezar a pensar en mis prioridades. Cuando te rompes seis vértebras dorsales y tienes fragmentos óseos en la médula y cuatro médicos te dicen que nunca más vas a volver a andar, no vuelves a vivir una vida normal. Llegué a comprender principios universales que me parecían pura teoría filosófica. Me aconsejaron que me operara, pero decidí no hacerlo y experimentar, en cambio, lo que sentía, ser coherente con mi pensamiento. Pensé que el poder que hizo el cuerpo cura el cuerpo, base de la filosofía quiropráctica. Hay una inteligencia en cada ser humano que nos da vida, y conecté con esa inteligencia durante todo el tiempo, sin hacer nada más que dedicarme a mi curación. No podía imaginar mi vida con hierros en la espalda y viviendo de medicinas. Quería dar a esa inteligencia un plan muy específico y que ella hiciera lo mejor para mí. Los átomos son nada en un 99,999 por ciento, nada material, pero lo son todo en potencia. Esa inteligencia organiza todo eso. Cuando empecé a notar cambios en mi cuerpo, físicamente, presté mucha atención a lo que hacía con mi cuerpo y con mi mente y lo repetí y repetí hasta que la repetición de ese ciclo empezó a sanar mi cuerpo.
¿La repetición es la base para crear cualquier realidad más elevada?
La grandeza es creer en ese futuro que existe más allá de nuestros sentidos y mantenerlo vivo en nuestra mente hasta que el evento realmente sucede. ¡No creamos las cosas porque no creemos que seamos capaces de hacerlo! Las personas no comprenden que los pensamientos producen grandes efectos en sus vidas. Quizás tengan algunos pensamientos conectados a un estado elevado de emoción, ¡pero sólo durante 15 minutos al día! Y se preguntan: “¿Cómo no ha sucedido el cambio todavía?”. Es porque las otras 23 horas y 45 minutos, su mente está vagando por todas partes: están enfadadas, negativas, juzgando. Para actuar sobre la realidad tenemos que alcanzar estados más elevados de conciencia y dejar entrar emociones nutritivas, como la gratitud, la alegría, la apreciación de las cosas. La dificultad reside en cómo llegar a ese punto, porque la mente analítica dirá: “¿Por qué voy a dar las gracias o estar alegre si no me ha pasado todavía?”. Eso es el antiguo modelo de pensamiento. Muchas personas, secretamente, creen en su propio poder, pero nunca hacen un hueco para saber realmente qué quieren.
¿Tiene mucho que ver la meditación en este proceso?
La meditación es el primer paso para producir cambios. Es una técnica que enseña a observar los pensamientos y aquietar la mente. Te lleva a saber dónde estás y a cambiarte a ti mismo, porque cambia la relación entre la mente y el cuerpo. En ese estado del ser donde sólo hay conciencia estamos produciendo un campo electromagnético que afecta a ese cambio. Después de meditar es imposible tener mal humor.

¿Qué efecto produce el silencio mental en las células?
El lóbulo frontal del cerebro (lo que denominamos tercer ojo) es la última pieza de nuestro sistema neurológico. Cuando nuestra parte divina controla nuestra parte animal, el cerebro cambia fisiológicamente. En experimentos con monjes budistas rezando se ha comprobado cómo el lóbulo frontal aísla ese control animal y, en consecuencia, silencia el resto del cerebro, enfría las células cerebrales que tienen que ver con el tiempo y el espacio, con el cuerpo y con nuestra identidad. Entonces no se procesa nada más. A eso lo llamamos paz. A través del silencio pasamos de ser alguien con opiniones o juicios a un campo cuántico donde somos no alguien. Ahora la mayor parte de la humanidad está preparada para alcanzar ese campo.
Si el mundo es un reflejo de lo que sucede a las personas, ¿se podría decir que el ser humano está viviendo una revolución celular?
Estamos en un tiempo en la historia donde el cambio tiene que ocurrir. Pero para hacer que algo nuevo ocurra, lo viejo tiene que morir. Muchos paradigmas están colapsados: los modelos político, médico, económico, medioambiental… El ser humano debe empezar a hacerse preguntas más importantes y dejar de creer en superestructuras… Es tiempo para los individuos.
¿A qué se debe la falta de liderazgo de los políticos? ¿Están perpetuando viejas estructuras?
Las emociones que la mayoría de nosotros tenemos y que crean esas situaciones de egoísmo que hemos comentado, desafortunadamente, son las mismas que tienen nuestros líderes. No puedes dar la paz en una iglesia y salir pisando a los demás al salir porque tienes prisa. Esa es una típica oposición entre el cuerpo y la mente, no hay coherencia entre lo que dices, lo que haces y lo que piensas.
Si existe una mente común, una red de pensamiento a la que toda la gente está unida, ¿con qué pensamientos se podrían crear nuevos líderes?
La sustancia que unifica las células y el universo entero es el amor. En una neurona se puede observar cómo una cierta cantidad de esa sustancia desconecta los patrones antiguos de pensamiento. Se da cuando empezamos a tomar decisiones que consideran al todo. Primero hay que sentir amor por uno mismo y, en consecuencia, amamos todo lo demás. Si no nos gustan ciertas cosas, debemos eliminarlas antes en nosotros.
¿Es posible que la actual crisis se materializara porque muchas mentes la crearon con sus pensamientos?
Como científico, le digo que sí, ¡evidentemente! La crisis ha estado en la mente de todas esas personas.
¿Cómo será el cerebro de un hombre consciente?
Tendrá muchas más conexiones sinápticas, las que comunican entre sí la información que contienen las neuronas. Veremos el cerebro trabajando en una forma de pensamiento más coherente, con transmisiones neurológicas mucho más rápidas. El lóbulo frontal estará completamente conectado con el subconsciente, y tendremos neurotransmisores secuenciados desde la glándula pineal, que mejorarán nuestra percepción de la realidad. Quizás algunas personas estén a las puertas de un cambio de potencial de su cerebro. Lo único que sé es que no puedes esperar a que el cambio se produzca. Tienes que actuar sobre él. Dios no te elige, tú te eliges.


fotografia: L'ofici de viure de Catalunya Radio

JOSE LUIS PARISE: LO QUE DIGAS SERÁ HECHO, OJO CON LO QUE DICES

VIERNES, 6 AGOSTO 2010 LA CONTRA DE LA VANGUARDIA


José Luis Parise,psicólogoypsicoanalista, estudioso de los caminos iniciáticos

Tengo 49 años. Nací y vivo en Buenos Aires. Me he casado tras 20 años de relación y tengo
dos hijos de 4 y 2 años. El cambio de era está ligado a que el paradigma político deje de tener
tanto poder sobre la humanidad. Cada uno de nosotros creamos nuestra realidad



“Lo que digas será hecho, 

ojo con lo que dices”





Abracadabra


Tras años de psicoanálisis
y de estudio de las
diferentes culturas iniciáticas,
se fue en busca
de la práctica. Asegura
que es el único investigador
que ha tenido el privilegio
de formarse con
los indios q'eros, herederos
de la sabiduría inca.
Dice que somos magos y
que para poner en marcha
nuestra magia debemos
seguir el mapa que
tienen en común las diferentes
culturas. Es un
placer oírle interpretar
y relacionar pasajes del
Vedanta, los Evangelios
o los textos sufíes y desgranar
la etimología de
palabras esenciales. Tiene
publicados varios libros
(Casualizarlos once
pasos de la magia; El
otro caminoLluvia seca)
y ofrece cursos y
conferencias (edipo.
org). A finales de octubre
estará en Barcelona.



Cuál es la pregunta más importante
que se ha hecho?
Los iniciados, los que lograron
elevar el techo de la humanidad
(Buda, Cristo, Lao
Tse, Viracocha, Confucio,
Sócrates), ¿nacieron con un potencial superior
o lo alcanzaron siguiendo un camino?
Buena pregunta.
Leí todos los libros sagrados y viajé en busca
de culturas iniciáticas: mayas, incas, aztecas,
egipcios, zen..., para encontrarme con
los guardianes de la sabiduría.
¿Y?
Todos me dijeron que el estado humano está
para ser trascendido. Casarse, tener hijos
y un trabajo sólo es el escenario. Y todos
han bebido de un mismomanantial original.
¿En qué coinciden?
Hay cuatro principios (cada uno con sus
cuatro pasos) que cada cultura ha llamado
de forma distinta. Al primero yo lo he llamado:
guerrero, mercader, sacerdote y mago.
¿Camino iniciático?
Sí. El guerrero lucha contra sí mismo, es la
introspección. Después aprendes a negociar
con la realidad, contigo mismo y con los
demás (mercader). Luego se borran las barreras
entre dentro y fuera (sacerdote), y la
suma de los tres da el mago.
¿El segundo principio?
Trata de la jerarquía de planos del universo.
No se puede trabajar desde lo físico para lograr
algo físico. Lo físico está regido desde
lo energético, y lo energético desde lo psíquico.
El universo es mental.
Tercer principio.
Jerarquías de preguntas. Las preguntas no
pueden ser caóticas, deben estar hechas en
un orden si no quieres tropezar en ellas.
¿Qué preguntas?
Para conseguir algo en la vida la primera
pregunta del occidental es cómo, y si no hallamos
respuesta cerramos el tema: “No se
cómo hacerlo”. Pero hay dos preguntas antes
que si respondes el sufismo dice que el
universo te premia, del cómo ya no tienes
que ocuparte tú.
Me está intrigando.
Primera pregunta: ¿desde dónde vasahacerlo?,
¿ desde qué paradigma? Si vas a hacer
algo desde un paradigma que te dice que no
se puede, no podrás. Entonces no renuncies,
cambia el paradigma.
Ilumíneme.
No se trata de lo que tienes que alcanzar sino
de lo que tienes que vaciarte. Hay algo
que te obstaculiza a nivel mental y que no te
permite alcanzar el resultado que quieres.
Pero para saber desde dónde, necesitas saber
adónde te diriges. ¿Adónde se dirige un
occidental cuando quiere lograr algo?
¿?
Preparación, esfuerzo, estudio y trabajo.
Los chamanes no conocen esos cuatro verbos,
prefieren otros.
A saber...
Hay que aprender a polarizar la realidad, es
decir, que todas tus fuerzas se dirijan de manera
unificada a tu objetivo. Pero el ser humano
trabaja con fuerzas divididas (quiero
pero no debo, voy o no voy).
Más verbos.
Nombra la realidad que quieres. Tercer verbo:
siente lo que quieres. Cuarto: entrama
lo que quieres, aprende a leer señales que te
dicen si estás en el camino correcto para
conseguir lo que quieres. Quinto: evalúa lo
que quieres.
¿Qué significa eso?
Hay cuatro estados de la mente que son cárceles:
estado de lo posible, de lo imposible,
de lo contingente (“a veces me sale y a veces
no”) y de lo necesario (“necesito esto”).
Evaluar significa ver en qué estado estás para
encontrar la puerta de salida.
Sexto:
Cuando sabes adónde te diriges, debes
aprender a trabajar con tu energía –que es
lo contrario al esfuerzo– para alcanzarlo. El
séptimo verbo es casualizar, aprender a generar
casualidades: si logras soñar tu realidad
la logras realizar.
¿En sentido onírico o imaginativo?
No divida su energía: en ambos. En tus sueños
está lo que vas a lograr. Hay que aprender
a entrar en los sueños. Octavo: aprender
a negociar con la realidad y negociar la
realidad. Esto se aprende en las escuelas
samuráis. Noveno: aprender a sexualizar la
realidad, penetras donde quieres penetrar.
¿Alguna idea?
Sutil significa penetrante. Décimo: realizar
la realidad. En las culturas iniciáticas la realidad
no existe como algo previo, es algo que
crear. Lo denso es el hijo bobo de lo sutil.
Tercer principio.
Jerarquía de preguntas: desde dónde, adónde
y por dónde. Del cómo se ocupa el universo.
Tú no sabes cómo se van a generar
esas casualidades que te van abriendo las
puertas de tu objetivo, tienes que estar atento.
Eso te obliga a una presencia absoluta y,
de paso, la vida se vuelve divertida.
Cuarto principio.
La realidad se genera de dentro afuera y de
lo sutil a lo denso.
¿Cuáles son las trampas del camino?
Hay que poner mucha atención en lo que
decimos porque ahí están los desvíos que
luego encontraremos en la realidad. La realidad
se inicia en la palabra. Lo que digas
será hecho, ojo con lo que dices.
Qué responsabilidad.
Si dices “mañana voy a ir a buscar trabajo”
el objetivo es buscar, no encontrar. Se trata
de un estado de presencia superior. La realidad
con la que chocamos viene de dentro.
IMA SANCHÍS

martes, 14 de septiembre de 2010

MABEL KATZ EN ARGENTINA

¿SOMOS ESCLAVOS DE NUESTRO ADN?

¿Somos esclavos de nuestro ADN?

Jorge Patrono entrevista al Dr. Bruce H. Lipton en San Francisco, California

¿Somos esclavos de nuestro ADN o tenemos la posibilidad de ser lo que nuestra mente nos permita imaginar? La epigenética nos da una nueva respuesta muy alentadora. Entrevista exclusiva de Jorge Patrono para www.creandotuvida.com



El Doctor Bruce H. Lipton, biólogo celular, ha sido profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad de Wisconsin. Después de varios años de enseñar, se convirtió en un pionero del estudio científico de la biología celular en la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford. Sus experimentos, junto a los de otros líderes en el campo de la biología, han examinado minuciosamente los mecanismos con los cuales las células reciben y procesan información. Los resultados de estos estudios han cambiado radicalmente el entendimiento del funcionamiento de la vida por medio de dos nuevas corrientes científicas, la transducción y la epigenética. Su trabajo nos muestra que los genes y el ADN, no controlan nuestra biología, como lo enuncia la escuela de Darwin de determinismo genético o herencia, sino que los genes y el ADN están controlados por señales externas, incluyendo los mensajes energéticos emanados por nuestros pensamientos positivos y negativos. Este nuevo concepto unifica la biología celular con la física cuántica, al mostrarnos que nuestro cuerpo puede cambiar si cambiamos nuestra forma de pensar. Estas nuevas ciencias, la transducción y la epigenética, nos sugieren que los estímulos energéticos que recibimos del medio ambiente, determinan nuestra calidad de vida.





Jorge Patrono y Bruce H. Lipton en San Francisco, California

Jorge Patrono- En su libro, “La Biología de la Creencia”, ("Biology of Belief") usted menciona dos nuevos campos de la ciencia genética: transducción y epigenética. ¿Podría explicarnos la diferencia entre ambos campos?

Bruce H. Lipton- La epigenética es el control de los genes. Transducción, que significa transformación de un tipo de señal en otro tipo de señal, es cuando un organismo lee la señal del medio ambiente y la traduce en comportamiento y genética. O sea que la transducción controla comportamiento y también genética. La transducción de la señal está por encima de la epigenética porque es necesaria para entender la epigenética. La Transducción se basa en leer el medio ambiente, interpretarlo y luego generar una respuesta, que es la respuesta a un estimulo. La repuesta puede reflejarse en la conducta o en la genética. Por eso cuando hablamos de genética, siempre digo que la respuesta al medio ambiente que controla la genética no está relacionada a la genética regular de los libros académicos sino que está relacionada a la epigenética. Y la razón por la cual se llama epigenética es la siguiente: epi significa “por encima”, como epidermis, o sea “por encima de los genes”. Ahora, descubrimos que la señal por encima de los genes viene del medio ambiente, o sea que el medio ambiente es el que controla los genes, en vez de ser los genes quienes se controlan a sí mismos. En contraposición al Dogma Central* (ver recuadro abajo*), actualmente la epigenética nos dice: primero, señal del medio ambiente, luego proteínas cromosomáticas, que son como fundas que cubren al ADN y al cromosoma, y cuando quitas esta funda puedes leer el ADN. Esta funda responde a la señal del medio ambiente, o sea que para leer el ADN tienes que tener primero una señal del medio ambiente; segundo, afectar a la proteína; tercero, cuando la proteína, o funda, se corre, queda expuesto el gen; cuarto, se produce una copia del gen que se llama ARN y quinto, el ARN genera una nueva proteína. Entonces ¿en dónde está el ADN? En tercer lugar. ¿Y por qué es importante esto? Porque la biología convencional dice que el ADN está en primer lugar debido a que dejaron fuera de la ecuación a la proteína y al medio ambiente. Bueno, esto es epigenética, y reemplaza el concepto clásico de la genética. La epigenética dice que si queremos cambiar los genes, lo que tenemos que hacer es cambiar el medio ambiente y los genes cambiarán.

DOGMA CENTRAL*

Cuando hablamos del control genético en la fórmula ancestral

del Dogma Central:

ADN>ARN>proteína, nos estamos basando en la teoría de la primacía del ADN. (ver imagen). Como nos muestran las flechas, la información fluye en una sola dirección, desde el ADN al ARN y desde allí a la proteína. El ADN representa la memoria de largo plazo que pasa de generación en generación. El ARN, una copia inestable del ADN, es la memoria activa, la cual es usada por la célula como un patrón para sintetizar proteínas. Las proteínas son los bloques constructores moleculares que proveen la estructura y conducta de la célula. El DNA (o ADN en castellano), en esta teoría convencional está considerado como “la fuente” que controla el carácter de las proteínas de las células, de donde viene el concepto de primacía del DNA que literalmente significa “primera causa”.



J.P.- ¿Cuándo menciona el medio ambiente, se refiere al exterior solamente o incluye también nuestros pensamientos?

B. H. L. A todo. El medio ambiente es energía universal. Abarca desde el sol, los planetas, o sea la astrología, hasta nuestros propios pensamientos. Nuestro cuerpo es energía, nuestros pensamientos son energía. Toda esta energía influye nuestra biología, obviamente algunas en forma directa y otras indirectamente.



J.P.- Usted menciona que “La Biología de la Creencia”, no es un libro de auto-ayuda sino de auto-poder.

B. H. L.- Así es. En los libros de auto ayuda, el autor presenta una fórmula para ir del punto A al punto B, paso a paso, y si la persona sigue las instrucciones probablemente llegue al punto B. En el caso de “La Biología de la Creencia” yo estoy informando como funciona nuestra biología y los lectores tienen la libertad de usar esa información como deseen. No hay pasos a seguir o fórmulas. Mi función no es decirles qué es lo que tienen que hacer con esta información, mi función es proveer los elementos para que cada lector pueda elegir qué quiere cambiar de su biología y sienta que tiene el poder de hacerlo. Yo no estoy diciendo qué es correcto o incorrecto, esa es una decisión individual derivada de una experiencia personal. Mi intención es que después de leer el libro se den cuenta de que no existen los accidentes y que todos tenemos el poder de elegir nuestra experiencia de vida. Por eso es auto-poder y no auto-ayuda.



J.P.- Cuando hablamos de biología indefectiblemente nos viene a la mente el tema “salud.” ¿Cómo podemos vivir una vida sana sin tener que estar combatiendo enfermedades constantemente, tanto físicas como psicológicas?.

B. H. L.- En el tema de salud, hay una analogía que me gusta usar que es la del automóvil con palanca de cambios. Supongamos que yo le vendo a alguien un auto con palanca de cambios y la persona que me compra el auto siempre manejó autos automáticos o sea que no tiene idea de cómo usar el embrague y la palanca de cambios. Obviamente cuando arranque el auto y ponga “primera”, éste no va a moverse en forma automática, sino que dependerá del uso del embrague. Como el conductor en este caso no tiene idea de cómo funciona, el auto andará a los saltos, se parará el motor, harán ruido los engranajes de las marchas, etc. Después de dos semanas de maltratar al auto, la transmisión dejará de funcionar y habrá que llevar el vehículo al mecánico. El mecánico (médico) mira el auto (enfermo) y dice: “hay que cambiar el embrague (medicina) porque está roto (diagnóstico)”. En ningún momento se le ocurre preguntarle al conductor cómo usa el embrague y la palanca de cambio (medicina preventiva). Pasan dos semanas y nuevamente, debido al mal uso del auto, el embrague se vuelve a romper y nuevamente hay que llevarlo al mecánico, quien dice que hay que cambiar el embrague y sin saber qué es lo que lo causa, el mecánico determina que es una falla de fábrica del auto (enfermedad crónica). De ahora en más el auto tiene que ser reparado cada dos semanas (medicación de por vida). El problema es el siguiente, si le enseñan a la persona como usar el embrague, éste no se volverá a romper, pero al mismo tiempo no le van a poder vender más embragues (laboratorios farmacéuticos). La analogía es la siguiente, el 90% de las enfermedades del corazón son ocasionadas por la falta de cuidado del paciente (o sea el conductor del vehículo). ¿Y qué nos dice el médico?: “usted tiene un corazón débil, tiene las arterias tapadas, la presión alta… y éstos son los medicamentos que tiene que tomar para poder seguir funcionando,” pero nadie le enseña al paciente cómo ser un buen conductor de su propio vehículo, no es un buen negocio. Pero hay un médico que conozco que se llama Dean Ornish quien en vez de prescribir medicamentos, enseña al paciente como conducir su propio vehículo y la diferencia en los resultados es enorme. En la medicina convencional, si le dan al paciente drogas y logran parar la enfermedad, lo llaman éxito. Dean dejó de darles a los pacientes drogas y no sólo la enfermedad desapareció sino que se regeneraron los órganos que estaban afectados. Ésto normalmente no pasa en la medicina convencional. Pero lo más triste del caso es algo que dijo Dean en televisión: “Si hubiera usado drogas para curar y recuperar la salud total de mis pacientes, otros médicos hubieran seguido mis pasos y hubieran usado las mismas drogas que yo, pero como no usé ninguna droga, nadie habló del tema ni se interesó por saber cómo es que funcionó así.” El problema es que la medicina está manejada por las compañías farmacéuticas y enseñarle a la gente como funciona su propio cuerpo es un mal negocio.



J. P.- En su libro usted hace referencia a la conciencia colectiva diciendo: “Así como una nación es el reflejo de las características de sus ciudadanos, nuestra humanidad debe reflejar la naturaleza básica de nuestras comunidades celulares” ¿Podría desarrollar más a fondo esta idea?

B. H. L.- Todo lo que necesitamos para sobrevivir, nuestras células también lo necesitan, porque estamos alimentando células. Las células necesitan oxígeno, comida, despojarse de residuos, la temperatura correcta, un medio ambiente propicio, y eso es exactamente lo que el ser humano necesita porque tiene 50 billones de células y todas necesitan lo mismo. Entonces si observamos cómo la célula vive su vida y vivimos nuestra vida de la misma forma, estaremos viviendo en armonía con nuestras células mucho más que como vivimos ahora. Si pensamos que somos seis mil millones de personas viviendo en el mundo peleándonos por sobrevivir y lo comparamos con los 50 billones de células que viven en nuestro cuerpo en total armonía hasta que nos morimos, nos daremos cuenta que algo estamos haciendo mal. Si analizamos esto veremos que en nuestro cuerpo cada célula tiene trabajo, recibe un salario, tiene cobertura médica, el dinero extra (energía) vuelve a la comunidad, y esto sin ser comunismo, porque no todas las células reciben el mismo salario.



Las células de la piel no reciben la misma cantidad de dinero (energía) que las neuronas, las neuronas están mejor pagas porque tienen un trabajo más grande. Pero el punto es que todas las células reciben los elementos básicos para una vida feliz y ordenada. A ninguna le falta nada. Y la realidad nos indica que nosotros vivimos en un mundo en donde hay hambre y al mismo tiempo tenemos tanta comida que nos estamos matando solamente por comer en exceso, esa es la principal razón por la que nos morimos jóvenes. Estamos comiendo los radicales libres de nuestra propia digestión que es lo que nos mata. Quiero agregar que nosotros deberíamos vivir hasta alrededor de los 140 años de vida y la razón por la cual no lo estamos logrando es porque nuestra dieta nos está matando y por el estrés. Debemos volver a la dieta de nuestros ancestros, cuando no había supermercados y todo era más simple y en menor cantidad. Comían lo que tenían a mano en las estaciones correspondientes en cantidades más pequeñas y vivían más tiempo. Lo que sabemos ahora de los diferentes estudios que se han hecho criando ratas, la mosca de la fruta o gusanos, es que de vez en cuando, se han encontrado ejemplares que viven más tiempo que el resto de la misma especie. Los científicos se entusiasman porque creen que van a encontrar el gen de la longevidad en ese espécimen. Y lo que se encuentra es una ironía: en cada situación en donde se ve que un organismo ha vivido más tiempo, no fue debido a un gen que agregó algo nuevo sino a un gen defectivo. Fue un gen que afectó el metabolismo de la insulina, lo que significa que el organismo no podía digerir bien la comida. Entonces los científicos al ver esto, le daban menos alimento al espécimen para ver si lo podía digerir mejor en menor cantidad. El resultado fue que el espécimen vivía el doble de tiempo que el resto. Con esto llegamos a la conclusión de que es la cantidad de comida que ingerimos lo que nos está matando. No necesitamos toda esa comida para sobrevivir porque nosotros absorbemos energía de la atmósfera. Somos como máquinas Tesla, que se cargan con la energía del medio ambiente.



J. P.- Usted menciona en su libro que la epigenética está sacando a la luz nuevas complejidades en relación a la naturaleza de las enfermedades, incluyendo el cáncer y la esquizofrenia. ¿Podría aclarar ese concepto?

B. H. L.- Básicamente la vieja creencia dice que genes defectuosos generan enfermedades. En la actualidad sabemos que la epigenética modifica la lectura del gen. La epigenética puede modificar el gen y crear 30.000 variaciones diferentes del mismo gen. Lo que significa que uno puede venir con un buen gen y crear una variación que es mutante o puedes venir con una variación mutante de un gen y crear una variación que es saludable. O sea que en la vieja versión nosotros somos los genes, pero en la nueva versión “nosotros somos el resultado de lo que escribamos en nuestros genes.” Con esto quiero decir que la mayoría de los diferentes tipos de cáncer son epigenéticos, las personas no traían genes malos, fue su estilo de vida y su conducta lo que causó que los genes se leyeran en forma defectiva porque modificaron su lectura influenciados por la epigenética, pero en forma negativa. O sea que podemos causar un cáncer con nuestra forma de vida, como también podemos curar un cáncer con nuestra forma de vida cambiando nuestro programa. La diferencia está en que si los genes nos controlan, como dice la vieja teoría, entonces somos víctimas porque no los elegimos y no los podemos cambiar. Cuando nos enteramos que alguien en nuestra familia tuvo cáncer, inmediatamente pensamos que vamos a tener cáncer. La nueva ciencia nos dice que tenemos un grupo de genes programados pero podemos reescribir lo que nosotros queramos y si estamos en el medio ambiente correcto y tenemos el apoyo correcto, podemos tener genes mutantes, reescribirlos y convertirlos en normales. Pero la situación que la mayoría de la gente está experimentando es que vinieron con genes normales y terminaron alterándolos con su estilo de vida creando una lectura negativa de los mismos. A la vez manifiestan una realidad negativa basada en la visión negativa que tienen.



J.P.- Es como en el caso de alguien que tiene un padre diabético o una madre con cáncer o que sufrió un ataque al corazón y piensa todo el tiempo que le va a pasar a él también porque lo asocia con algo hereditario.

B. H. L.- Exactamente, la creencia es la que genera las enfermedades y la profesión médica promueve también lo mismo, con lo cual lo hace aun más grave porque ahora lo está diciendo un profesional, ya no es más una idea del paciente. A muy temprana edad hemos aprendido que lo que un profesional nos dice, como en el caso de un médico, es verdad, sin cuestionarlo. ¿Qué pasa entonces cuando un médico nos dice que nos vamos a morir en una fecha determinada, ya sea en dos meses o en seis meses? Bueno, nuestra mente subconsciente nos dice, “El doctor siempre tiene razón, es un profesional”. Lo que nos haya dicho ahora está en nuestro subconsciente y éste manifiesta exactamente lo que el médico nos dijo.



J.P.- Es el llamado efecto nocebo, contrario al efecto placebo.

B. H. L.- Es exactamente el efecto nocebo o sea una creencia negativa que causa la enfermedad. Ahora, ¿Cómo es que los médicos son tan exitosos en diagnosticar cuándo va a morir el paciente que tiene cáncer? La respuesta es que ellos no adivinaron nada, solamente enunciaron una fecha que se calcula por la continuidad de la forma en que ha sido tratada la enfermedad del paciente y los resultados negativos obtenidos hasta ese momento. El paciente generó una creencia y esa creencia es la que lo termina matando, a menos que se permita cambiar su forma de pensar con respecto a su enfermedad y se dé la oportunidad de curarse. Así actúa la remisión instantánea en una enfermedad terminal, la cual está totalmente ignorada por la medicina tradicional.



J.P.- Sabemos que los pensamientos positivos tienen un profundo efecto en nuestra conducta y en nuestros genes, pero en su libro usted también aclara que esto sucede únicamente cuando los pensamientos positivos están en armonía con la programación del subconsciente.

B. H. L.- Lo que quiero decir es lo siguiente, muchas veces la gente quiere cambiar cosas en su vida con pensamientos positivos o afirmaciones como por ejemplo: “quiero estar sano” o “quiero una buena relación de pareja”, pero para la mayoría de la gente esto no funciona y a la vez los frustra porque piensan: “ si los pensamientos positivos les funcionan a otras personas , ¿Por qué no me funcionan a mi?”. El problema es que los pensamientos positivos vienen de la mente consciente y esta actúa el 5% del día. Ahora, la mente subconsciente está actuando el 95% del día, entonces tenemos una vida en donde el 5% del tiempo tenemos pensamientos positivos y si tenemos el subconsciente programado con ideas contrarias a lo que queremos manifestar conscientemente, el desbalance entre lo que queremos y lo que tenemos grabado en el subconsciente es enorme. A esto hay que agregarle que la mente consciente puede percibir 40 estímulos por segundo mientras que la mente subconsciente percibe 40 millones por segundo o sea que es un millón de veces más poderosa y ¡actúa el 95% del tiempo!. Ante semejante diferencia es imposible creer que si la mente consciente y la subconsciente no están alineadas, los pensamientos conscientes positivos puedan generar un cambio satisfactorio en nuestra realidad. Pero si tenemos una mente subconsciente que está de acuerdo con nuestros pensamientos positivos conscientes, entonces ambas mentes están en armonía y el cambio se manifiesta.



J. P.- Hay una película llamada "Water", producida por la productora rusa, Saida Medvedeva, donde diferentes científicos de todo el mundo hablan de las propiedades del agua y en especial mencionan el poder curativo que tiene el “agua estructurada” o agua que está en estado natural sin modificaciones del medio ambiente polucionado. ¿Ha tenido alguna experiencia al respecto?

B. H. L.- No directamente, pero sí estoy familiarizado con el trabajo del Dr. Masaru Emoto de Japón y su teoría de que el agua tiene memoria y puede ser influenciada o modificada por el medio ambiente y por consiguiente puede influenciar las funciones vitales del cuerpo humano. Básicamente estamos hablando de los principios de la homeopatía. Lo que hemos comprobado por medio de la física es que cuando el agua está en una solución y dos moléculas de agua se acercan, se envían información una a la otra por medio de una corriente eléctrica la cual genera una vibración que se va pasando de molécula a molécula. Así que si le agregamos al agua un químico que tenga una cierta vibración, las moléculas de agua reciben dicha vibración y la pasan a las otras moléculas de agua hasta llegar a un punto en donde se puede prescindir del químico original ya que las moléculas de agua han absorbido toda la vibración. Esto es lo que llamamos un tratamiento homeopático, en donde el agua cargada con una cierta vibración, al ser consumida por el paciente, modifica el agua de su propio cuerpo. Es uno de los procedimientos holísticos de curación.

Entrevista exclusiva de Jorge Patrono para www.creandotuvida.com

domingo, 12 de septiembre de 2010

Meditacion mundial de circulo de mujeres para la sanación de GAIA

CONVOCATORIA MUNDIAL DE CIRCULOS DE MUJERES PARA LA SANACIÓN DE LA MADRE TIERRA


 
Sábado 11 Septiembre – 22:22

CONVOCATORIA MUNDIAL DE CIRCULOS DE  MUJERES PARA LA SANACIÓN DE LA MADRE TIERRA




El Sabado 11 de Setiembre se convocó de nuevo a todas las mujeres de luz del planeta
a unirse desde el corazón para apoyar , desde los círculos de luz o en solitario, el trabajo
de sanación de GAIA.
Nosotros nos unimos a esta convocatoria. Esta es la oración de la ceremonia:



ORACION DE LAS MUJERES GUARDIANAS DE LA TIERRA


“Mi corazón de mujer es rociado
con el dulce néctar de sanación
que la Madre Cósmica me entrega.
En este momento soy parte del Círculo Sagrado
de Mujeres de Luz, y unida a mis hermanas, activo mi fuerza espiritual para irradiar energía amorosa a través de mis manos y mi conciencia.
Te pido Madre Cósmica que bendigas mis manos y las manos de mis hermanas en todo el mundo para poder canalizar aquí y ahora tu Luz Sanadora hacia la Madre Tierra.
Te pido Madre Divina que hagas de nosotras un instrumento de tu paz.
Te pido Madre Divina que hagas de nosotras un instrumento de tu Luz.
Te pido Madre Divina que hagas de nosotras un instrumento de tu Amor.
Ayúdanos a despertarnos como Mujeres Sagradas, guerreras del Amor, defensoras de la Vida.
Acompañada por la Fuerza espiritual de todas mis hermanas
envuelvo a la Tierra en una Luz intensamente Violeta
y la limpio de todas las heridas.
Libero en este instante su dolor y sufrimiento
y envuelvo a la Tierra en una serena Luz Rosada,
llenando de vibración amorosa cada rincón de este planeta.
El poder gestante de mi útero se une al poder gestante de los úteros de mis hermanas, y entre todas formamos un círculo sagrado de protección para la Madre Tierra.
Estando juntas y conscientes de nuestro poder femenino unificado, nuestro Amor es un arma concreta, más poderosa que cualquier arma de guerra.
Abro en mis circunstancias actuales canales hacia la Gracia Divina.
Me comprometo a Ser Guardiana de la Madre Naturaleza, amando y cuidando todo lo que la Diosa ha creado en la Tierra.
Me comprometo a mantener viva esta oración día tras día,
fortaleciendo el Círculo de Mujeres de Luz.
A través de mis actos cotidianos me comprometo a
sembrar Amor en la Tierra. "

LO SIENTO, PERDONA, GRACIAS, TE AMO.