Cuando las cosas se derrumban siempre podes encontrar más amor:
Vivimos tiempos personales y colectivos, que desafían todo lo conocido, todo lo vivido anteriormente. Nos llevan a soltar muchas cosas aprendidas, a evaluar lo que es verdadero, lo que es válido y descartar lo que no.
Se derrumban no sólo estructuras externas, sino que las internas caen también.
Hoy en día nos toca, en cualquier parte del mundo que nos encontremos, estamos viviendo esa experiencia de alguna manera y aprendiendo de ella también, compartiendo lo mejor de este aprendizaje, sea como sea que a cada uno en su vida se le presente.
Y nos invita a crear la acción más elevada que nos hace más humanos y nos lleva a descubrir lo inspirador y animarnos a ser a nuevo en cada momento.
Cuando la destrucción de algún tipo toca a nuestras puertas, la grandeza y la valentía son invitadas a actuar, y nos pone en movimiento a todos allí donde estemos, seamos hermanos, vecinos, amigos o desconocidos, hay momentos que nos invitan a unirnos y provoca entrar en acción desde su corazón y extendiendo las manos, alzando al otro en su necesidad más allá de la propia pérdida.
Y en este momento las mujeres sostenemos muchos hilos, la mujer que cuida, cría, alberga, cura, sostiene, apoya, nutre más y da y parece que todo lo puede, y da más aún.