Hablábamos la semana anterior de cómo la queja constante nos lleva a re-sentir una y otra vez algo pasado, y de cómo lo traemos y lo reeditamos en este momento. Esa memoria, esa carga, ese foco, se ubica allí.
Como siempre les digo: aquello en lo que elegís enfocarte es lo que estás creando en este momento. Estás eligiendo ser eso, y experimentarlo y crearlo una vez más.
Y lo que no vemos es que cuando nos aferramos al resentimiento, en realidad nos estamos dañando a nosotros mismos, y es muy importante entonces que puedas ir hacia adentro para sentir absolutamente todo, porque una vez que sanes y dejes ir ese resentimiento, una vez que sueltes su carga en lugar de estar aferrándote a ella como si fuera algo precioso, ésta desaparecerá de tu vida. Podrás dejar ir los juicios y lo que eso te produce, podrás dejar ir todo, ya no lo necesitarás, podrás enfocarte en este momento y en el potencial ilimitado que tu creación tiene ahora.
Durante toda la vida creamos eso, es parte de la dualidad, en ella hay personas a quienes amamos, otras a quienes odiamos, personas que nos han tratado bien, otras que han sido rudas, personas que nos han abandonado, que nos han traicionado, personas en quienes nosotros confiábamos y nos han robado, todo esto sucede, así es la vida. Y ¿por qué la vida es así? Porque es una ilusión de dualidad y justamente eso es lo que crea la ilusión: crea la desconfianza, y el miedo, y las protecciones. Esto nos sucede a todos los seres humanos. Esa protección es la que nos impide recibir el amor, y en realidad, nos está dañando a nosotros mismos. Entonces, es muy importante que no sigamos aferrándonos a eso y que vayamos profundo en el sentir con la intención de dejar que eso se vaya . Lo irónico es que cuando nos aferramos a esto seguimos siendo lastimados, porque en realidad no estamos tomando responsabilidad de nuestros sentimientos, de lo que lo motivó. Yo sé que, en algunas circunstancias, lo sucedido fue brutal, pero es muy importante aprender a amarse completamente a uno mismo, y de ese modo, dejar ir aquello de una vez por todas. No se trata de fingirlo; se trata de sentirlo hasta la raíz, de mover la carga de lo que uno siente y dejarla ir. No se trata de pretender que uno está bien si aún no lo está, pero sí de tener la intención, y de ese modo lo soltarás.
Se puede dejar ir todo: los mayores engaños y traiciones, las violaciones físicas, las cosas más horribles del pasado, todo eso puedes dejar ir. ¿Por qué puedes? Porque tú no eres eso, tú eres el amor, tú eres ese vacío. Tú eres esa vibración que puede permitir que todo te traspase sin tocarte. Y a veces, los hechos sobre los que estás resentido son justamente aquellos que más te han empujado a crecer.
Por ISHA
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