Generalmente asociamos las adicciones al consumo de sustancias, como cigarrillos, alcohol, drogas, pero también podemos ser adictos al sexo, a las relaciones, a las compras, al trabajo, a la comida.
lunes, 01 de agosto de 2011
En realidad somos adictos a una infinidad de cosas. También podemos tener adicción por ciertas acciones, ciertos comportamientos, ciertas ideas, ciertas emociones. Es decir, nuestro "ser adictos a algo" es nuestra dependencia a ese consumo o sustancia, o a alguna acción, o a un sentir, o a un pensar.
El punto de la dependencia es la necesidad, y aquí es donde aparece ese lugar interno, ese lugar en donde estamos separados de nosotros mismos, en donde nos sentimos separados del amor y creemos que necesitamos algo más, algo externo a nosotros para ser felices, para ser amados, para estar en paz. Cuando somos dependientes de nuestras adicciones creemos que ellas son lo más importante, nos domina la urgencia de satisfacerlas, pero cuando sanamos la raíz de las mismas, nosotros, nuestro bienestar, el amor y la paz interna, pasan a ser lo más importante.
La adicción nos lleva a que nos abandonemos constantemente.
Ese abandono es un lugar de separación de nosotros mismos en el que hay miedo, hay sufrimiento. Si te enfocas en amarte a ti mismo, en expandir tu conciencia de la forma que prefieras, te permitirás sanar ese lugar y, como consecuencia, la raíz de estos comportamientos se sanará y desaparecerá. Nuestra vida se transforma entonces en un fluir constante, abundante de amor, de alegría, en el que experimentas paz interna y la compartes en tu entorno.
Si el salir de compras o el no resistir comprar es tu adicción, será lo que te llevará a sufrir y castigarte, a sentir culpa y todo lo que con ello viene. Lo mismo sucede con la droga, el alcohol, o el pelear, el discutir para tener la razón, ya que utilizamos todo esto para evitar conectarnos con la inseguridad y el miedo a no ser aceptados por los otros. En realidad no importa cuál sea la adicción, lo importante es enfocarte en amarte más. ¿Y cómo hacemos esto?
Para empezar, cuando uno tiene el impulso o hasta la compulsión de algo externo, cuando no puedes no seguir comiendo, o no puedes parar de comprar infinidad de cosas que sabes que no necesitas pero que sigues poniendo en el carrito, o cuando no puedes parar de beber o cuando estás con la adrenalina y no puedes parar de discutir, o no puedes parar de drogarte, mira hacia ese lugar, hacia esa acción como con una cierta distancia entre tú mismo y lo actuado. Tal vez puedas llegar a diferenciar esto. Si utilizas mis facetas, son un elemento perfecto, son las que están en el título que recomiendo siempre.
Si tienes una técnica específica de meditación o concentración, utilízalo en ese momento. Estás tú y está esa acción que no puedes parar. Esa acción te lleva al mismo lugar de siempre, ¿verdad? ¿Quieres cambiar? Tienes entonces que hacer algo completamente diferente: en vez de enfocar tu atención en lo externo, la llevas a lo interno. Comenzarás a sentir, y entonces lo podrás hacer.
Así puedes sanar esto sin necesidad de complicación, puedes conectarte con la fuente de tus miedos y tu sufrimiento, los que no te permiten ser feliz, y puedes transformarla en una fuente ilimitada de paz, alegria, abundancia, amor que se comparte, que das y que crece, expandiéndose en cada momento más y más.
Por Isha
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