La vida fluye
con experiencias hacia nosotros permanentemente, es lo que la vida es, y lo que
nos deja es una vivencia. Si la recibimos con apertura y un sí, es un tipo de
experiencia, pero a veces tenemos a sentir resistencia a aceptar cualquier cosa
que esté fuera de nuestras estructuras.
Discriminamos en contra de lo
desconocido, en contra de aquello con lo que no nos identificamos, que no
corresponde a nuestra teología, nuestras ideas. Para poder definirnos a
nosotros mismos como individuos, debemos tener una personalidad.
Dentro de
esta personalidad estructuramos sistemas de creencias, pero en cuanto
comenzamos a identificarnos con ellos, sentimos que tenemos que defenderlos,
porque ahora definen quienes somos.
A medida que nos convertimos en
amor-conciencia, nos damos cuenta que nuestros sistemas de creencias son
simplemente ideas que hemos cultivado a lo largo de nuestras vidas. Empezamos a
abarcar nuevas perspectivas con una mente ahora más abierta en lugar de un
rechazo automático.
Cuando nos transformamos en amor, encarnamos todo.
Cuando nos limitamos a nuestra personalidad y a los sistemas de creencias, no
hay lugar en nuestras estructuras para nada más. ¿Cuántas de nuestras opiniones
son realmente nuestras?
En realidad muy pocas de nuestras convicciones vienen
de nuestra experiencia directa, la mayoría son adoptados de nuestras familias y
la sociedad en general. Lo que es correcto en una parte del mundo puede ser
considerado malo en otra.
Lo que una generación rechaza, otra puede integrar.
Tener varias esposas en algunas culturas es ilegal, mientras que en otras es un
símbolo de riqueza. El hecho de que una opinión sea generalizada no significa
que sea válida, por ejemplo cuando todos pensaban que el sol giraba alrededor
de la Tierra.
Si lo buscas, podrás encontrar validación para casi cualquier
opinión que tengas.
La ilusión siempre confirmará tus temores, ya que funciona
como un espejo imparcial, que te refleja de vuelta aquello en lo que te estás
enfocando. Si tienes un miedo o juicio, será fácil encontrar el apoyo externo
que justifique tu prejuicio.
Prejuicio significa ir a la guerra. Prejuicio
significa estar defendiendo siempre una idea y justificando nuestra
discriminación con la excusa de un bien mayor - para el mejoramiento de la
humanidad, la voluntad de Dios. Los "Ismos" son siempre justificados
en los ojos de el que los promueve. Históricamente, hemos lanzado bombas,
luchado y sacrificado a fin de proteger nuestras creencias.
No hagamos eso ya
más. Cada vez que luchamos por una opinión, incluso dentro de nuestra familia
más inmediata, estamos creando nuestra propia mini-guerra. El conflicto que
percibimos en el mundo es sólo una manifestación de nuestra propia violencia
interna.
A medida que comenzamos a elegir la alegría, aprendemos a amar la
dualidad del mundo y las diferencias de los otros, sabiendo que son aspectos de
nosotros mismos. Descubramos la ligereza de la risa y escribamos un nuevo
relato para los libros de historia por venir.
La naturaleza, con su
infinidad de especies, colores y formas, abraza la diversidad. La naturaleza no
niega ningún aspecto de sí, la belleza de sus paisajes radica en el contraste y
la variedad.
Como la naturaleza, el amor también celebra la belleza de la
diversidad, en lugar de percibir lo diferente como una amenaza, el amor no
silencia ninguna voz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario