La paternidad puede
ser más fácil de lo que piensas, definitivamente mucho más gratificante y
efectiva si solo recuerdas un par de verdades.
Ho´oponopono, una
antigua forma de resolver problemas nos enseña que nuestras experiencias y
memorias nublan la conciencia de quién somos realmente y cómo podemos crear la
vida que deseamos. A medida que vamos creciendo y con cada día que pasa,
adquirimos preocupaciones, temores e inseguridades que crean creencias
limitantes basadas en juicios y opiniones. Finalmente, nos desapegamos de
quienes somos realmente y comenzamos a perder nuestra conexión con la
naturaleza y el universo de Dios (nuestra pura fuente).
Las preocupaciones,
temores, inseguridades, juicios, opiniones y creencias, son solo “errores” y
Ho´oponopono puede ayudarnos a borrarlos. Ho´oponopono es como la tecla de
suprimir en el teclado de tu computadora.
La mayoría de los
problemas y dificultades que tenemos con nuestros hijos son controlados por
nuestras memorias. Muchos de estos problemas son creados por programas en
nuestro banco de memorias; comienzan a tocar y luego aparecen en nuestros
monitores, los cuales nos hacen reaccionar con nuestros hijos de ciertas
maneras. Nuestras reacciones son solo memorias repitiéndose.
Una forma de que
podamos borrar las memorias que crean esos problemas (errores) con Ho´oponopono
es decirle “gracias” (apretar la teca de suprimir) en vez de resistirlas
(hablarle al monitor).
Mi maestro, el Dr.
Ihaleakalá Hew Len, con quién he estudiado durante 12 años, siempre dice que es
más fácil enseñarle a una silla a hacer Ho´oponopono que a la gente, porque la
gente piensa (intelecto). Estamos siempre pensando, comparando y contando
historias. ¡Estamos siempre tratando de entender!
Siempre me resulta
más fácil enseñarles este concepto a los niños. No complican los asuntos con
innecesaria racionalización ni sienten que necesitan entenderlo todo, ¡como
nosotros! En realidad, tener niños en mis entrenamientos ha sido el mejor
regalo para mí. Obtengo tanto amor y sincera confirmación de ellos, porque como
tú sabes, los niños son mucho más honestos con sus sentimientos debido a que no
han adquirido todavía todas las memorias que los controlan.
Cuando les digo a
los niños: “Solo digan ´Gracias´ y luego suelten” se van contentos saltando y
jugando repitiendo “Gracias”. Cuando le pido a los adultos que digan “Gracias”
y luego suelten”, los adultos preguntan: “¿Cómo dices gracias? ¿Lo tengo que
decir de vedad? ¿Lo tengo que sentir? ¿Tengo que pensar en algo mientras lo
digo?” Estamos siempre tratando de entender pero no hay nada que entender; solo
necesitamos hacerlo (solo aprieta la teca de suprimir). ¿Estás de acuerdo, que
los niños no analizan todo, solo lo hacen?
¿Piensas que tus
hijos están aquí para que les enseñes, para decirles qué es lo correcho y
perfecto para ellos? De hecho, ellos son tus gurús y han venido a
enseñarte. Están aquí para darte una oportunidad de borrar aquellos programas.
Si no sabes lo que es correcto para ti, ¿cómo puedes saber que es correcto para
ellos?
No hace mucho
tiempo, una mamá vino a mí luego de una conferencia y me comentó que su hijo
quería decirme algo. El niño tenía 8 años y me dijo: “Le dije a mi mamá,
´gracias por traerme´. Voy a practicar esto así tendré menos problemas cuando
crezca”. Luego la madre me consultó sobre un problema que tenía. Necesitaba mi
consejo. Miré a su hijo y le pregunté: ¿Qué le dirías a tu mamá? Y el niño
respondió: “Le diría que no se preocupe tanto, que no se lo tome tan
seriamente”. Y luego le dije a la madre: “La próxima vez que tengas un
problema, ¡pregúntale a tu hijo!”
Tus hijos están en
tu vida para mostrarte lo que necesitas trabajar en ti. No sientas temor de
resolver problemas con ellos. Te asombrará su conexión con inspiración y cuán
sabios son. En realidad saben mejor, porque son más puros y verdaderos respecto
a sus sentimientos y pensamientos. ¡Solo están esperando que nosotros lo
entendamos!
Los niños te
observan; no te escuchan. El amor y la aceptación hacia uno mismo son
fundamentales para nuestro bienestar. Lo mejor que podemos hacer por ellos es
mostrarles que nos amamos y aceptamos como somos. Éste es el mejor regalo que
le puedes ofrecer a tu hijo y esto los ayudara a evitar buscar el amor y la
aceptación afuera, como nosotros lo hicimos.
El amor es el
viento debajo de tus alas. Necesitas amarte a ti misma, ser feliz y predicar
con el ejemplo. Padres amorosos crean hijos amorosos e hijos amorosos crean un
mundo de amor.
Cuando desperté a
esta verdad (era muy escéptica y cerrada anteriormente), le dije a mis hijos:
“Saben, Uds. pueden ser felices ahora; no tienen que esperar como yo”. También
les enseñe que estaba bien que se pusieran a ellos en primer lugar y que
hicieran lo que funcionara para ellos. Sí, comprendo que esto suena un poco
egoísta, pero lo que descubrí fue que cuando haces algo por los demás o pones a
los demás primero (aun a tus hijos) si no funciona para ti, no funcionará para
ellos . Cuando tú estas bien, tus hijos están bien. No es al revés. La era del
sacrificio terminó. Necesitas despertar. Porque cuando tú eres feliz, tus hijos
van a ser más felices. No les puedes dar lo que no tienes.
¿Te gustaría saber
cómo comunicarte con ellos más efectivamente? Todo lo que necesitan escuchar de
ti es: “Te amo, gracias por estar en mi vida”. El mejor momento para decírselos
es cuando están durmiendo, sus mentes subconscientes te pueden escuchar. Cuando
haces esto, tus palabras van directamente a sus corazones. Aun si tu hijo ya no
vive contigo, ¡háblale cuando sepas que está durmiendo! Obtendrás mejores
resultados.
Si no lo sientes
decírselos en voz alta, hazlo mentalmente cada vez que pienses en ellos o
sientes que te estás enganchando o reaccionando con ellos. Funciona aun cuando
lo hagas entre dientes enojado/a. Recuerda, solo estás apretando la tecla de
suprimir, así que lo puedes hacer mentalmente y funciona aun si no lo dices de
verdad o lo sientes en ese momento.
Cuando haces todo
esto, te puedes relajar porque le estás dando a alguien que los conoce mejor,
el permiso para que los cuide y se encargue de ellos. Tú realmente no sabes lo
que tus hijos vinieron a hacer y/o experimentar en esta vida. Agradece su
existencia, y lo que vinieron a ofrecerte y todos recogerán grandes frutos.
Cada vez que dices
“gracias” o “te amo” (aun mentalmente cuando no lo sientes) en vez de
reaccionar, tratar de controlar y preocuparte, le estarás entregando tus hijos
a Dios para que los guie y los proteja. Recuerda, Dios creo a tus hijos y sabe
qué es perfecto para ellos. Tú, no.
Los niños son el
futuro y podemos cambiar el mundo ayudando a nuestros hijos a mantener su
alegría a través del amor y la aceptación de sí mismos. Enseñándoles que están
bien solo así como son, que poseen talentos únicos y que está bien ser
diferentes.
Es mi deseo que un
día la infelicidad humana sea una excepción y no la regla. Creo en mi corazón
que esto es posible y que con Ho´oponopono lo podemos lograr.
-Traducción donada
por Karina André
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