En última
instancia, ser responsable significa tomar responsabilidad por uno mismo y por
lo que elegimos en cada momento.
Realmente no
tenemos idea de lo poderosos que somos. Tendemos a vernos como personas
diminutas en un mundo enorme, haciendo todo lo posible para traspasar las
mareas que se interponen entre nosotros y nuestros deseos. Sin embargo, se
puede cambiar esta percepción, destruyendo el sentimiento de victimismo y
experimentando esa libertad:
En lo que te enfocas, crece.
Nuestro
enfoque es lo que crea nuestra realidad. Si nos centramos en lo que está mal en
nuestras vidas y nuestro mundo, ¿qué vamos a ver? Lo que está mal.
Sin
embargo, si nos enfocamos en las cosas que amamos, las cosas que nos inspiran y
nos llenan de alegría, comenzamos a ver la belleza que no veíamos antes.
Tu
puedes transformar tu experiencia de vida en un instante, sólo dirigiendo tu
atención hacia el interior. Sólo con llevar tu atención profundamente dentro de
ti, en lugar de quedar atrapado en los dramas y las preocupaciones del mundo,
puedes romper los patrones de descontento y preocupación de toda una vida.
Pero
a menudo no queremos abrazar nuestra realidad sino que queremos perseguir
nuestras ideas sobre cómo deberían ser las cosas, en lugar de aceptarlas como
son. ¿Por qué? Porque estamos convencidos de que sabemos más que la vida misma,
sobre cómo las cosas deberían ser. Los niños no hacen esto. Abrazan lo que
tienen sin lugar a dudas. Cuando yo vivía en la costa colombiana, los chicos
locales jugaban al fútbol pateando los cocos con los pies descalzos. No se
deprimían pensando, Si yo tuviera unas zapatillas de marca! Entonces podría
jugar mucho mejor. Si tuviéramos una pelota de verdad en lugar de este coco! No
piensan eso: se están divirtiendo mucho, disfrutando de lo que tienen.
Por
supuesto que es importante trabajar por un mundo mejor. Admiro a cualquier
actividad que ayude a unir a la humanidad y mejorar la calidad de vida en este
planeta. Sin embargo, si nos centramos en lo que está mal, aunque sea con la
intención de mejorarlo, estamos perpetuando el descontento y la inconformidad
con lo que es.
Vamos a centrarnos en lo que hemos logrado, en el mundo maravilloso e increíble en el que vivimos y los individuos apasionados e inspirados que están dando lo mejor a la humanidad todos los días. Vamos a centrarnos en lo que podemos dar, sobre las maneras en que podemos orientar nuestras vidas más dichosa y plenamente. Vamos a centrarnos en estar totalmente presentes, conociéndonos a nosotros mismos, aceptando y abrazándonos a nosotros mismos. Entonces, naturalmente, vamos a compartir ese amor con todos los que nos rodean. ¿En qué estás enfocándote en este momento? ¿En las frustraciones del pasado? ¿En las preocupaciones del futuro? ¿Por qué no pruebas, sólo por hoy, enfocándote en disfrutar de cada momento? En dar lo mejor que puedas de tí en cada situación que se presenta? Descubre el poder del enfoque y al hacerlo, asume la responsabilidad por tu propia felicidad. Te invito hoy a enfocarte en disfrutar cada momento. Cuando te encuentres preocupado o lamentando un momento pasado, mira al cielo, ríete de ti, piensa, "Ay!, me enganché de nuevo!" Y tráete de vuelta al presente. La sociedad fabrica conciencia de víctima. Esta mentalidad está tan arraigada en nosotros que nos es difícil entender que no somos víctimas. La idea podría incluso ofendernos, parece hasta cruel o insensible. Una actitud compasiva inspira al individuo a realizar su grandeza, más allá de su situación externa. No digo que neguemos la injusticia ni ignoremos las necesidades de la familia humana, yo solo sugiero que el servicio más importante y duradero que podemos brindar, es sanar a nuestra propia víctima interna y en consecuencia, nuestra percepción de victimización en los demás. Se necesita valor para ser un creador. Debes pararte en su propia grandeza y asumir la responsabilidad plena por todo lo que sucede en tu mundo, pero las recompensas son infinitas: el resultado es la satisfacción suprema, contigo mismo y con la vida. -
Vamos a centrarnos en lo que hemos logrado, en el mundo maravilloso e increíble en el que vivimos y los individuos apasionados e inspirados que están dando lo mejor a la humanidad todos los días. Vamos a centrarnos en lo que podemos dar, sobre las maneras en que podemos orientar nuestras vidas más dichosa y plenamente. Vamos a centrarnos en estar totalmente presentes, conociéndonos a nosotros mismos, aceptando y abrazándonos a nosotros mismos. Entonces, naturalmente, vamos a compartir ese amor con todos los que nos rodean. ¿En qué estás enfocándote en este momento? ¿En las frustraciones del pasado? ¿En las preocupaciones del futuro? ¿Por qué no pruebas, sólo por hoy, enfocándote en disfrutar de cada momento? En dar lo mejor que puedas de tí en cada situación que se presenta? Descubre el poder del enfoque y al hacerlo, asume la responsabilidad por tu propia felicidad. Te invito hoy a enfocarte en disfrutar cada momento. Cuando te encuentres preocupado o lamentando un momento pasado, mira al cielo, ríete de ti, piensa, "Ay!, me enganché de nuevo!" Y tráete de vuelta al presente. La sociedad fabrica conciencia de víctima. Esta mentalidad está tan arraigada en nosotros que nos es difícil entender que no somos víctimas. La idea podría incluso ofendernos, parece hasta cruel o insensible. Una actitud compasiva inspira al individuo a realizar su grandeza, más allá de su situación externa. No digo que neguemos la injusticia ni ignoremos las necesidades de la familia humana, yo solo sugiero que el servicio más importante y duradero que podemos brindar, es sanar a nuestra propia víctima interna y en consecuencia, nuestra percepción de victimización en los demás. Se necesita valor para ser un creador. Debes pararte en su propia grandeza y asumir la responsabilidad plena por todo lo que sucede en tu mundo, pero las recompensas son infinitas: el resultado es la satisfacción suprema, contigo mismo y con la vida. -
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