domingo, 22 de julio de 2012

FRENTE A UN RESULTADO QUE NO TE GUSTA. ¿COMO RESPONDES?. POR ISHA


Cuando algo no te sale como esperabas, ¿cuál es tu respuesta?
Podrías decir que por tal y cual que hicieron eso y afectaron a todos estos, que estafaron por allá y se quedaron sin dinero por acá y no le pagaron a la gente.... Que porque eligieron a tal que prometió cual y ahora no cumple, en síntesis, la respuesta sería: ¡Me fue mal a mí, por tu culpa!
 
Y así, en vez de tomar responsabilidad de lo que nos toca, o estar abiertos a ello, lo ponemos en el afuera asociándolo con la mentira de alguien, con la verdad disfrazada por conveniencia de otro, con una acusación falsa para desviar la atención hacia otro, etc. etc. ¿No hacemos todos esto mismo cuando somos pequeños? 

¿Acaso no mentimos para no meternos en problemas, o no decimos la verdad completa así no nos retan, o no decimos que la culpa fue de nuestra amiguita o hermano cuando no es cierto, etc. etc.? ¿Acaso no son comportamientos de extrema inmadurez y falta de integridad, cuando un ser humano adulto, que sabe lo que hace o tiene todas las posibilidades de ser responsable, sigue eligiendo actuar como un niño pequeño asustado de sus mayores? 

¿Y la falta de integridad, sea comercial o personal en la que, además de mentir, hacemos algo para perjudicar al otro, para tomar ventaja y quitarle lo que nuestro grito de injusticia, al sentirnos víctimas, grita? También lo hemos hecho, tal vez rompiendo su juguete, escondiéndoselo, provocando su pérdida y teniendo el falso sentimiento de que uno está ganando.
 
En realidad estas formas de actuar no son, en la vida adulta, expresiones de la conciencia, no aportan a una mejor calidad de vida ni expanden el amor, ni extienden la paz ni la felicidad en nuestro entorno. 

No nos ayudan a crecer ni a evolucionar en nuestros aspectos más elevados, por lo tanto, si es algo tan viejo, tan infantil y queremos, cada uno, cambiar como individuos, tenemos que dejar de repetir lo mismo, hacernos consientes de lo que no nos damos cuenta y elegir las opciones más dignas y elevadas en cada momento, romper con la inercia y la comodidad y animarnos a ser todo lo excelentes y magníficos que podemos ser. 

Tenemos que tomar realmente al toro por las astas, mirar a los ojos al resentimiento que sentimos internamente, ese sentir que quiere destruir todo lo externo porque no tiene lo que quiere, que quiere aniquilar al que se interponga porque sentimos que nos transformó en víctimas, olvidando aquellos momentos en que tal vez el amor estaba viniendo y lo rechazamos. 

En definitiva, no recibo lo que quiero, ya sea amor, ya sea apreciación, pero muy profundamente es porque siento que no lo merezco. Entonces, a preguntarse - ¿soy víctima del otro, del afuera, o de mi propio sentir de que soy menos, de mi miedo a ser abandonado y no querido, de mi rencor y resentimiento que me dejan encerrada en un lugar cada vez más pequeño, donde todo lo que veo es NO? 

Si tenemos la suficiente honestidad para mirar en profundidad a los ojos a estas trampas internas, podremos, sin duda, profundizar un poco más en los aspectos del amor, la paz, la felicidad, y crear esto en nuestras vidas abundantemente para cada individuo y para la totalidad.
 
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