En estos tiempos, es necesario darnos cuenta de que aun podemos sanar los errores cometidos. Con el reconocimiento interior de que no existe el error, solo el aprendizaje y como tal, continuamos moviéndonos y creciendo.
Recordar el Amor que proviene de nuestro corazón y permitir que ese amor disuelva todos los miedos y nos conduzca a la Unificación interior, puede ser el camino a tomar, para trascender las heridas y comenzar una vida nueva.
No hemos de aprender a Perdonar. El Perdón es un atributo Divino que forma parte de nuestra verdadera esencia de Luz. Debemos Recordar como perdonar. recordemos como es esa suave energía que nos impulsa a reconectarnos con el Todo y permitamos que ese sea el bálsamo que sane todas las heridas del corazón.
Cuando Recordamos como Perdonar, las puertas del Cielo se abren y nos dan la bienvenida los Angeles de la Luz. Nos reintegramos como Seres con el Todo, reconociendo la verdad Divina del corazón y todo los errores se disuelven con ese Amor, reintegrándose a la Fuente en Luz.
Cuando Amamos de Verdad, no solo a los demás, sino también a Nosotros mismos, recordamos como perdonar. Y cuando hemos perdonado, en verdad las Heridas sanan y olvidamos. El perdón nos permite trascender todo dolor. Y es el perdón el que transforma ese dolor en aprendizaje y sabiduría.
Muchos de Nosotros cargamos heridas y culpas del pasado. Y cada una de esas heridas, es una pesada loza que nos impide volar. El constante remordimiento opaca la Luz que se va encendiendo con cada paso dado al andar. Es una injusticia continuar auto castigándonos y auto saboteándonos. Ya que ello es también un acto de egoísmo. Cuando no nos permitimos perdonar nuestros errores, le estamos privando al Planeta de una luz que se puede encender en nuestro corazón y con ello, la belleza inherente que busca aflorar para iluminar el sendero de sanación de la Madre Tierra. Todos somos necesarios y todos somos Bellos en el Corazón.
Dejemos de buscar afuera la aceptación. Encontrémosla dentro de nuestro corazón con humildad. Perdonemos los errores cometidos, los propios y ajenos. Pero, por sobre todo los propios, ya que todo lo que se manifiesta en el exterior es un reflejo de lo que hay en nuestro interior. Y permitamos que nuestro camino continúe en Paz y Luz.
Busca la Luz en tu corazón. Ahí donde la vida se funde con el Todo y recuerdas tu origen eterno. Busquemos ese espacio infinito donde solo existe el Amor, donde el miedo se disuelve, donde las barreras se esfuman con todo ese infinito Amor.
Porque habríamos de pelear y separar? Si somos Todos hermanos y Hermanas eternos. Y cada semilla surge del mismo Útero Divino de Luz.
Recordemos esa esencia en nuestro interior. Para verla y reconocerla en cada Ser y todo lo demás que opaca la visión, se esfumara, permitiéndonos ver la Verdad. Que el Perdón nos sane y el Amor, nos Libere a todos por igual. Por la Madre Tierra y toda la Vida.
Somos Bendecidos en Amor y Alegría, siempre!
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