Isha |
Todos hemos
aprendido desde muy temprana edad, que el amor proviene de lo externo. Y claro,
de niños mamá y papá son la luz de nuestros ojos, pero cuando crecemos, esa
tendencia a esperar el amor, el cuidado y la atención del afuera sigue estando
y también el sentido de buscar la aprobación externa.
Creemos que
necesitamos ese reconocimiento y sentimos que la medida de lo que somos, de lo
que valemos, va de acuerdo a cuánto nos reconocen.
Siempre nos estamos
modificando, amoldando externamente para obtener eso, y ¿qué sucede finalmente?
Que perdemos la conexión con nuestra esencia, nos desconectamos de nosotros
mismos, perdemos contacto con ese lugar interno que teníamos de niños, desde
donde actuábamos seguros, dichosos, espontáneos, en el momento presente, en paz
completa, siendo.
Ese lugar no se ha ido, sigue allí esperando que volvamos a
casa. Anhelamos su presencia, la damos por perdida, pero está allí. Tratamos de
llenar de mil maneras ese espacio que percibimos vacío, pero que simple e inocente
sigue estando allí. Sólo necesitamos recordar como conectarnos nuevamente.
Son
muchísimas las personas que se acercan a mi justamente para recordar eso, para
volver a casa y para llenar esa casa interna de amor incondicional a sí mismos
y poder compartir en abundancia ese amor con todos.
La forma en que vivimos es
tan difícil, tan llena de control, nada fluye, nada se basa en el amor, no
confiamos ni en nosotros mismos y siempre estamos buscando en los otros,
obtener el amor de la forma que sea. Todo es contractual. ¡Esto es
difícil!
¿Pero cómo es que podemos cambiarlo?
Transformándonos,
transformándose cada uno en el amor, y confiando en sí mismo, moviéndose en el
mundo desde esa conexión de amor interno y seguridad.
¿Y sabes qué sucede
entonces? que el afuera cambia como por milagro, el afuera ahora me refleja eso
que estoy siendo, me refleja esa confianza en mí, el amor a mí misma, en cada
momento.
Y entonces, si yo estoy anclada en mí, todo cambia y fluyo con todo
desde ese centro interno, desde ese espacio de amor-conciencia.
Todo a tu
alrededor se transforma, en forma permanente, en amor evolucionando. Te liberas
de los juicios y eres libre. Eso es libertad, no necesitar aprobación, pero no
necesitarlo de verdad, desde lo profundo del corazón.
Esto no es una idea que
dice: “no me importa nada de los demás, no me importa ni lo que piensen”. No es
una idea que te encasilla ni te cierra ni te aísla, sino que es tu experiencia
de corazón, y lejos de no importarte lo externo, te transformas en realidad en
alguien a quien le importa mucho más porque puede dar sin estar esperando algo
a cambio, puede fluir y ser abundante sin limitarse por sus miedos e
inseguridades.
Imagina un mundo donde las máscaras que disfrazan las
inseguridades internas desaparecieran, donde el rumbo estuviera dirigido por
seres humanos que viven dentro de sí, conectados con su corazón y con todo su
alrededor… crearíamos cada uno un mundo en paz, en dicha, en abundancia, en
amor y libertad.
Esto quería compartirte hoy.
ISHA
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