Cuando tienes esa sensación de vacío interno siempre la asocias con el
miedo, y es que temes a lo desconocido, o sea, no es que haya miedo allí, sino
que el intelecto está creando miedo porque no puede entender.
Y es justamente por eso que los seres humanos se
quedan estancados en situaciones que les causan sufrimiento, porque prefieren
quedarse con ese padecimiento en lugar de dar un paso hacia adelante, en lugar
de salir de ahí y entrar en algo que no conocen, que no saben qué es. ¿Y por
qué esto es así?
Porque el intelecto nos dice, y porque hemos
aprendido, que para avanzar o cambiar tenemos que saber, tenemos que conocer
qué es lo que hay ahí, porque si yo sé, entonces puedo controlar la situación,
y si yo no sé, no tengo control. Y esto, justamente, el perder el control, es
lo que más aterroriza al intelecto.
Porque el intelecto tiene que poder entender y tiene
que poner un rótulo, para así poder controlar el resultado, controlar la
experiencia, lo que se podrá sentir y lo que no. Y cuando no nos gusta lo que
es diferente es porque no se puede entender ni se puede tener de antemano un
plan, un control. No puedo controlar si no entiendo, y el miedo que hay
realmente, en ese vacío, es eso: lo que desconocemos, lo nuevo, lo que cambia,
lo que no tiene historia, lo que nunca se ha experimentado con anterioridad.
Pero lo que no sabes es que hay amor allí, hay una
cantidad ilimitada de amor allí, y esto es otra cosa que el intelecto no puede
entender: el amor. ¿Qué es el amor? Es una experiencia en la que, a los seres
humanos, más les cuesta confiar.
“No confío en el amor”, “el amor me abandonó”, “el
amor me traicionó”. Pero ese es el amor condicional. Por eso es que siempre les
digo que tienen que ir mas allá de la ilusión de dualidad, más allá de ese
miedo, tienen que acercarse a él, descubrir cómo, siempre, del otro lado del
miedo, está el amor. Por eso insisto en decirles que el miedo es una ilusión,
es como un velo muy finito que se evapora en cuanto lo tocan.
Si toco el miedo, éste se evapora en presencia de las
vibraciones más altas del amor. Así de frágil es el miedo. Y como es una
ilusión, puedo seguir avanzando dentro de ese lugar, dentro de lo desconocido,
y tengo que empujar lo desconocido para descubrir lo que hay allí, para
transformarlo en conocido. Esto es evolucionar: para ser más tengo que cambiar,
para cambiar, tengo que hacer algo diferente, tengo que insistir, yendo más
allá. ¡Porque si no, no estás vivo!
¿Y por qué digo esto? Porque si no vas más allá no te
estás experimentando a ti mismo, no estás experimentando tu potencial, ni tu
grandeza que late y está esperando en ese lugar desconocido. Solo estás
flotando por ahí, como un zombie, caminando muerto.
Entonces, anímate a vivir con pasión un cien por
ciento, anímate a experimentar la plenitud, la dicha, la paz y el amor
incondicional que puedes descubrir en tu corazón. No está en ningún otro lugar
más que allí, y cuando lo encuentres, verás que siempre lo supiste, que no era
desconocido, sino que por algún tiempo lo habías olvidado. Ese miedo se
transforma, así, en un gran maestro, y caminando hacia él, siempre podrás
encontrar más y más de la verdad de quien tú eres.
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