El
comienzo de la libertad es la comprensión de que ustedes no son la entidad que
posee – el pensador. Saber esto los capacita para observar a la
entidad. En el momento en que comienzan a observar al pensador, se activa un
nivel superior de conciencia. Entonces comienzan a
comprender que hay un vasto reino de inteligencia más allá del pensamiento y
que el pensamiento es solamente un minúsculo aspecto de esa inteligencia. También
comprenden que todas las cosas que realmente importan – el amor, la belleza, la
creatividad, la alegría, la paz interior – surgen de más allá de la mente.
Ustedes comienzan
a despertar.
Si
ustedes ya no quieren crear dolor para sí mismos y para los demás, si no
quieren añadir al residuo de dolor pasado que todavía vive en ustedes, entonces
no creen más tiempo, o al menos más del necesario, para lidiar con los aspectos
prácticos de su vida. ¿Cómo detienen la creación del tiempo? Comprendan profundamente
que el momento presente es todo lo que tienen siempre.
Hagan
del Ahora el enfoque primario de su vida. Dónde antes moraban en el tiempo y le
dedicaban visitas breves al Ahora, establezcan su morada en el Ahora y dediquen
breves visitas al pasado y al futuro cuando sea necesario lidiar con los
aspectos prácticos de su vida. Siempre díganle ‘sí’ al momento
presente. ¿Qué podría ser más inútil, más insensato, que crear una resistencia
interna a algo que ya es? ¿Qué podría ser más descabellado que oponerse a la
vida misma, la cual es ahora y siempre ahora? Ábranse a lo que es.
Díganle ‘sí’ a la vida y vean cómo la vida de pronto comienza a trabajar para
ustedes en lugar de hacerlo en su contra.
A
veces el momento presente es inaceptable, desagradable o insoportable. Es como
es. Observen cómo lo etiqueta la mente y cómo este proceso de
etiquetado, este juicio continuo, crea dolor e infelicidad. Al
observar la mecánica de la mente, ustedes se liberan de los patrones de
resistencia de la misma, y entonces pueden permitir que el momento presente
sea. Esto les dará una muestra del estado de liberación interna de
las condiciones externas, el estado de verdadera paz
interior. Entonces vean lo que sucede, y actúen si es necesario o es
posible.
Acepten
– luego actúen. Sin importar lo que contenga el momento presente, acéptenlo
como si lo hubieran elegido. Siempre trabajen con él, no en su contra. Háganlo
su amigo y aliado, no su enemigo. Esto transformará toda su vida
milagrosamente.
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