¿Qué es
más sencillo: Pedir perdón o perdonar? Antes de responder esto hay que decidir
qué cosa consideramos sencillo: Sencillo o fácil es algo que requiere poco
esfuerzo. No necesariamente es algo que ocurre con facilidad, más bien
significa que es meno trabajoso. Si me has seguido en lo que he tratado de
decirte sabrás que es más sencillo perdonar que pedir perdón. Porque perdonar
es algo que sucede por sí mismo: si uno no perdona es que la persona que pide
perdón no ha pedido bien el perdón, o como decimos, no se lo ha ganado. Puede
que venga a pedir perdón pero viene con arrogancia, actuando como si nos
hiciera un favor al pedirnos perdón. O puede ser que sea obvio que repetiría la
misma acción mil veces si tuviese la oportunidad. O puede pasar que sea evidente
que no le interesa ni un poco lo que hizo, sino que teme a las consecuencias
inevitables de sus malos actos.
Puedes plantear el asunto desde este ángulo:
¿Qué es más sencillo ser convencido o convencer? Claramente es más sencillo ser
convencido, uno no hace nada más que estar ahí y escuchar no hay esfuerzo que
hacer, uno no elige ser convencido, uno puede elegir fingir estar convencido o
puede fingir no estarlo, pero no elige ser convencido. Si la persona tiene
argumentos que tu mente no pueda rechazar te convence, no hay manera de
evitarlo, la mente es un sistema autoorganizado de precisión. Si quieres
convencer a alguien tienes que hacer un esfuerzo, por eso es más sencillo ser
convencido que convencer.
Es más difícil pedir perdón porque pedir perdón
no es automático, perdonar es fácil porque es automático, pero no te confundas,
automático no quiere decir instantáneo, significa solamente que sucede por sí
mismo cuando uno ha pedido perdón y ha hecho las reparaciones. Sí, puedo
entender que te sientas escéptico al respecto; pero de momento lo importante es
que entiendas la idea global: Pedir perdón es algo que se puede hacer, se puede
forzar, si es que cabe el término, pero perdonar es algo que ocurre por sí
solo, cuando las condiciones son las adecuadas.
En todos los casos siempre pedimos perdón,
cuando nos agreden, cuando agredimos, y cuando no hay agresión pero hay un
conflicto que se creó por falta de perdón en cualquier momento del tiempo, en
cualquier nivel del ser, y de cualquier nivel de gravedad.
Pedimos perdón cuando algo no va bien en
nuestras vidas, y cuando no va bien en la vida de otros, cuando hay enfermedad
y cuando hay penurias, cuando repetimos historias conflictivas y cuando nos
falta inspiración.
Pedimos perdón siempre, esto es ir purificando
las memorias repetidas y para ello necesitamos desarrollar la visión que he
llamado Responsabilidad Global.
Responsabilidad Global:
El asunto de la responsabilidad global puede
sonar muy raro para las personas comunes, aquellas que nunca han tenido un
acercamiento hacia caminos místicos y esotéricos, pero para los Kahuna esta era
una visión completamente natural de la vida.
Responsabilidad global no sólo significa que
te sabes responsable de todo lo que te ocurre en la vida, sino que te sabes responsable
de lo que ocurre en la vida de todos los seres con los que estás en contacto.
Es como si tú fueses la existencia y ves a los
seres y las cosas que existen (que forman parte de ti) y entiendes que ellos
son como son, y esas cosas son como son, sólo por ti. Todo el que sufre y llora
lo hace por ti, todo el que tiene una enfermedad la tiene por ti, porque tú
eres el que lo hiciste así enfermizo, o torpe, o arrogante u orgulloso, o
perezoso, todo lo que ocurre es tu responsabilidad. ¿Y por qué? – dice la mente
– ¿Y por qué no? – respóndele, al fin y al cabo si no eres parte de la solución
eres parte del problema. Entonces nos identificamos con Dios, pero no como el
Dios Creador del cielo y de la tierra, sino como la facultad inteligente de
Dios para detectar fallas en su creación y repararlas. Entendemos que nuestro
Espíritu Paternal, nuestro Aumakua está
unido a la inteligencia suprema, y a todos los otros Aumakuas de todos los
seres, es como si en ese plano, todos fuésemos el mismo. Cada ser humano se
comunica con su Aumakua por medio de su Unihipili, lo que quiere decir es que
si la persona tiene un Unihipili lleno de culpa no puede comunicar su yo
consciente, su Uhane, con su Aumakua. Entonces nosotros hacemos eso por ellos.
¿Cómo sabemos que debemos hacerlo? Digamos que
si alguien está en contacto con nosotros y no con otros es porque nos toca a
nosotros y no a otros resolver eso. ¿Y por qué nosotros y no otros de los que
están en contacto con él? Pues, si alguno tiene este conocimiento que estás adquiriendo
seguro lo harán, no hay nada más agradable que hacer feliz a alguien más. ¿Y
por qué yo lo hago por ellos y nadie lo hace por mí? Porque tienes que aprender
a ser un servidor, no una víctima.
La identificación podría ser hecha desde el
punto de vista de la persona a la que queremos ayudar, pero como no siempre se
trata de una persona sino que en ocasiones es simplemente una situación que se
repite en nuestra vida entonces nos identificamos siempre con nosotros mismos y
desde ahí asumimos total responsabilidad de lo que vemos y aplicamos el
Ho’Oponopono usando las cuatro frases, vemos las cosas malas presente en
personas, cosas y situaciones y no las negamos ni las ignoramos, sino que las
vemos y pedimos perdón por ellas.
Las cuatro frases:
Recordarás que te dije que había dos formas de
practicar el Ho’Oponopono Auto-Identidad, y te mostré que una de las formas era
el uso de la oración de Ho’Oponopono. Ahora quiero detenerme a considerar la
otra forma. De hecho, es lo que he estado haciendo, preparándote para entender
esto porque es tan simple que sin una preparación adecuada tenderías a creer
que es demasiado simple para poder ser efectivo.
Todo en el sistema huna es así, demasiado
simple, pero esto se debe a que los Kahuna eran tremendamente prácticos, bien
lo dice el séptimo principio huna:Lo efectivo es la medida de la verdad.
¿Cuáles son las cuatro frases? Son un resumen
de los cuatro principios los cuales eran: Arrepentimiento, Reparación, Balance
y Agradecimiento. ¿Cuáles serían la mejor forma de resumir cada uno de estos
principios en una frase?, eso es personal, pero te diré como lo hago yo: Lo
siento, Perdóname, Te amo, Gracias.
Entonces de esto se trata el Ho’Oponopono, en
decir estas cuatro cosas. ¿A quién se las dices? A la existencia.
¿De
parte de quien las dices? De parte de la existencia, es un proceso de
rebalanceo y liberación de la misma existencia mediante la existencia misma.
Ya antes habíamos discutido sobre el enorme
poder de la palabra, ahora te diré que estas cuatro frases son por sí mismas
sanadoras, el sólo repetirlas sin tener nada en mente purifica la mente, el
repetirlas una y otra vez, todas juntas, o sólo algunas, en ese orden o en
cualquier orden es algo profundamente transformador. Mucho más cuando se conoce
todo lo que te he estado explicando y las palabras adquieren un significado más
profundo.
Lo siento:
Es el arrepentimiento, puedes usar otras
frases: estoy arrepentido, me duele profundamente, lo lamento. El punto es que
uno sienta que esto no está bien y que no debe seguir así, que uno ha hecho que
las cosas sean como son y no se siente bien al respecto, quiere que eso cambie.
Perdóname:
Esta es la reparación, cuando uno pide perdón,
está dando un paso a que la situación se solucione, quiere restablecer el
balance y lo hace por medio de el acto de pedir perdón, normalmente, uno dice:
Por favor, perdóname; pero puede usar otras frases tales como: dame otra
oportunidad, permíteme reparar lo dañado, restauremos esto.
Te amo:
Este es el balance, el amor es el balance
universal, pero cuidado, recuerda que en el sistema huna el amor es estar feliz
con algo, por eso “te amo” no sólo es una aceptación gozosa sino que es una
forma de decir: Estoy feliz contigo, ya no hay culpas ni castigo, no tienes por
qué estar molesto conmigo, yo no estoy molesto contigo. Puedes usar otras
frases de balanceo tales como: Que haya paz, Que todo sea auspicioso, Te acepto
completa y profundamente, Deja que todo se vuelva luz.
Gracias:
Algunas personas no incluyen el agradecimiento
como cuarta fase, yo veo esto como un error. El agradecimiento es la forma más
segura de darle poder a una oración o un acto de fe. Es lo que mueve los
milagros. Puedes usar cualquier otra frase de agradecimiento, tal como: Bendito
seas, celebra conmigo, aleluya o incluso si para ti el amor es una forma de
agradecer, puedes decir te amo.
A mí me gusta en realidad esta forma: Lo
siento, Perdóname, Te amo, Gracias. Lo importante es que entiendas que cosa
hace cada frase y que siempre uses las mismas, para que vayan ganando poder en
ti. Ahora me gustaría explicarte a nivel práctico como puedes usar estas cuatro
frases para lograr un cambio poderoso y rápido en tu vida y en la de los demás
que te rodean.
Ho’Oponopono práctico:
1.- Elige en tu mente alguna cosa que te
moleste o te preocupe, puede ser literalmente cualquier cosa: un síntoma
molesto, una enfermedad, un problema legal, un asunto familiar, la actitud de
tu jefe en el trabajo, la enfermedad de alguien, las flores de tu jardín que no
florecen, cualquier cosa.
2.- Ahora toma pídele a tu Unihipili –
llamándolo por su nombre claro está – que te indique en una escala del cero al
diez, donde 0 es ningún problema y 10 significa gran problema, que número
representaría la intensidad actual del problema que elegiste para trabajar.
Toma nota del número.
3.- Relájate y pídele a tu Unihipili que
almacene la energía que haga falta para trabajar sobre este problema y que
envíe energía a tu Aumakua para que el Espíritu Paternal te guíe en lo que vas
a hacer y te bendiga. Una forma alterna de hacer este paso es simplemente
relajarse y respirar profundo, y luego decir una oración que sea significativa
como el padre nuestro de los cristianos, o el gayatri mantra de los hindúes, o
la toma de refugio de los buddhistas; ya sabes que Huna no es religioso así que
cualquiera de cualquier religión puede usarlo.
4.- Ahora visualiza de algún modo el problema,
puedes imaginar a la persona si es una persona, una escena que haya ocurrido,
si es un dolor puedes representarlo de alguna forma, como por ejemplo
preguntándote: ¿Si este dolor fuese un líquido que color tendría? ¿a qué
sabría? y ¿En cuál envase cabría? Entonces uno se imagina un envase con un
líquido de las mencionadas características y tiene una buena aproximación. El
punto es que puedas imaginar que lo que sea que vayas a trabajar está frente a
ti, y que están los dos en una habitación a solas, una habitación donde no hay
nada más que tú y esa imagen.
5.- Siente y entiende que eso es tu culpa.
Nota que uso la palabra culpa para que tengas impacto emocional pero en
realidad eso no es cosa de culpas, es tu responsabilidad, estás representando a
la existencia en ese momento así que lo que sea que exista es tu
responsabilidad. Mira el problema y di: Lo siento.
6.- Con la sensación del arrepentimiento, de
ese pesar y ese sentir, piensa que estás abierto a reparar las cosas, y le
dices: Por favor, perdóname.
7.- Con la sensación de que las cosas se
pueden arreglar y quieres que se arreglen di: Te amo.
8.- Con la sensación de amor, di: Gracias.
9.- Empieza a repetir una y otra vez las
cuatro frases sin prestar demasiada atención a lo que sientes, sólo di: lo
siento, perdóname, te amo, gracias. Puedes quedarte en una frase cada vez que
tengas ese impulso, puedes quedarte repitiendo “lo siento” muchas veces, o
incluso añadir elementos adicionales como “lo siento, sé lo que estás
sufriendo, lo lamento mucho de verdad, verte así es doloroso”, es cosa de
dejarse fluir. Una vez estaba haciendo esto con alguien que se portó muy mal
conmigo y decía “lo siento, siento mucho que seas un imbécil”, ahora me parece
gracioso pero en ese momento es lo que sentía y es correcto decirlo. En otras
ocasiones pasa que uno llora, o siente deseos de postrarse en el suelo, o de
extender las manos al cielo, todo esto es válido también.
10.- Cuanto ya sientas que es suficiente,
respira profundo, deja ir todo el aire junto con todas tus tensiones, y revisa
el nivel de intensidad actual del problema. Si no es muy notorio el cambio externamente
no te entristezcas, busca más bien descubrir que otro aspecto te hace falta
trabajar del problema para que puedas ver una completa remisión. Habla con tu Unihipili y pídele orientación sobre
lo que falta por tratar.
11.- En el tiempo posterior al tratamiento, y
especialmente entre tratamientos, cada vez que ese asunto regrese a tu mente
sólo di: Lo siento, perdóname, te amo, gracias. Esta técnica es sumamente
poderosa, no debe ser descartada por su simplicidad, lo ideal es que cada quien
lo pruebe en su propia vida y lo vea por sí mismo. Hazlo y te aseguro que luego
de algún tiempo de práctica podrá decir como mi sobrino: Ahora sí estoy feliz.
Khaishvara Satyam
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