Nuestra experiencia nos dice la verdad. No
obstante, siempre nos quedamos con la creencia, aunque nuestra experiencia nos
diga lo contrario.
El vivir de apariencias, mostrando una imagen
que queremos dar a otros, sin importar la imagen que nosotros mismos tenemos de
nuestro propio Ser, es un trabajo costoso e ingrato. Cada persona tendrá su
propia opinión, independientemente de la imagen que hayamos querido ofrecer.
Casi siempre olvidamos que cada uno piensa lo que se le da la gana, ya que
nosotros no manejamos la consciencia ó la inconsciencia de los demás. Si
quieres invertir tu esfuerzo y tu tiempo en esto, es una decisión personal,
pero no deberías luego decepcionarte por los resultados que obtengas.
Cuando les hablo de la integración de uno
mismo, en nuestro interior… cuando insisto en que miremos adentro para
encontrar a nuestro propio Maestro, no estoy tratando de convencerlos de nada,
ya que nada malo ocurrirá si no lo hacemos. La única diferencia sería seguir en
la vida a través de creencias y memorias, en lugar de vivir de inspiración. Y
siempre se nos brindará otra oportunidad.
Muchas personas que están en el camino del
despertar toman esta tarea como una carrera frenética hacia la meta. No deja de
producir cierto asombro ver cómo tratan de tener la razón ó de querer convencer
a alguien de algo.
La inspiración te libera y la creencia te
atrapa y te limita. Pero tiene su esencia útil y su explicación. Es parte de la
rueda de la vida y es el impulso que te lleva a buscar algo diferente. Sin
vivir de creencias… sin haber sido esclavo de ellas… jamás buscaríamos la
libertad… jamás buscaríamos algo diferente. Y… lo que sería terriblemente peor…
si encontráramos la libertad fácilmente, jamás lograríamos valorarla en toda su
importancia. No valoramos eso que ha venido sin su “contraparte”… por qué???
Simplemente porque no hemos experimentado todo el abanico de posibilidades que
nos brinda la dualidad. No podemos valorar el bien si no conocemos el mal, porque
uno le da la vida al otro… por lo tanto, ambos tienen igual importancia. Sin el
“mal” no identificaríamos el “bien” en absoluto. Necesitamos a ambos para
comprender que nada de eso existe en verdad, más que el Amor en la Unidad del
Todo.
Con esto quiero decir que todo lo que nos
ocurre es valioso en sí mismo, porque cada experiencia nos lleva un peldaño más
arriba. Cada una es un paso más hacia la autorrealización, aunque juzguemos a
esa experiencia en particular de “mala” o “dañina”. Muchas veces me preguntan:
“Por qué no sucede lo que yo quiero?... Yo visualizo y tengo buenos
pensamientos… pero nada pasa!”
Cuando entras en contacto con tu Aumakua, te
das cuenta que todo lo que te ha ocurrido, independientemente de si lo has
considerado “bueno” o “malo”, te ocurrió para que llegues a ese punto en tu
vida en el que puedas ver que eso que has perseguido toda tu vida, una vez que
lo tienes no te ha traído la felicidad. Inmediatamente tu ego te ha llevado
hacia otros rumbos y eso que parecía tan indispensable, ya no tiene la menor
importancia. Ahora piensas que tal vez la felicidad posiblemente esté en otro
lado. Ahora piensas que tal vez, en lugar de buscar afuera, sea conveniente que
mires adentro… un lugar inexplorado, al que temes entrar y encontrar culpa y
dolor. Mirar adentro siempre produce temor. Este es un mecanismo del ego para
mantenerte enfocado en la dualidad, afuera, de modo de asegurarse que hayas
experimentado toda la gama de posibilidades.
La culpa es lo que ha movido al mundo desde su
creación. La culpa es lo que usan los manipuladores para obtener eso que
quieren. Y funciona muy bien… hasta que descubres que la culpa no existe. Que
todo lo que te ha ocurrido, ocurrió para que aprendas algo, para que perdones
algo… Descubres que todo ha sido igualmente valioso… para que emprendas el
camino de regreso hacia ti mismo… ADENTRO… y así poder volver a Casa. Hasta
llegar a esto, has representado muchos roles… algunas veces de víctima… alguna
veces de victimario… sólo en pos de conseguir un paso más adelante, un escalón
más en tu evolución.
No existe “correcto” ó “equivocado”. Cada vez
que has tomado una “mala” decisión, has ido allí para obtener una nueva
lección, algo que amplíe tu rango de visión, un nuevo entendimiento del Todo. A
veces basta con unas pocas de estas… a veces necesitamos muchas más para lograr
comprender.
Lo cierto es que eso que quieres que ocurra,
eso que anhelas, vendrá siempre que tu Aumakua considere que es de tu más alto
interés. La abundancia tiene muchas formas… no sólo se trata de dinero. Se
trata de hacer lo que a uno le gusta… Se trata de tener una relación pacífica y
amable… Se trata de tener salud y energía vital. El dinero no puede comprar
algunas cosas.
Y esas cosas forman también parte de la
abundancia. Concentrase en aquello que si tienes y dar gracias, estar
agradecido sinceramente por eso… es parte de tu abundancia. En la medida que
deshechas los otros “modos” de abundancia, el dinero puede no llegar.
Comprender que todas las formas de abundancia son igualmente importantes es
esencial para tu desarrollo personal (cuerpo y espíritu). Si crees que sólo el
dinero entra en esta categoría, todas las otras formas que no pueden obtenerse
con dinero pueden desaparecer de tu vida. Por eso, el valor siempre está en
aquello que nos ha costado obtener… ó que hemos tenido y hemos perdido, sólo
por no haber dado el valor que le corresponde.
Todo es valioso en la vida… todas las
experiencias (afortunadas y desafortunadas) son igualmente valiosas y
necesarias, independientemente del “cartel” (significado asignado) que le
hayamos puesto en su momento.
Cuando logras que los sistemas
afortunado-desafortunado… bueno-malo… correcto-incorrecto… (todos sistemas
duales de la separación) se unan como partes de un todo, el juicio pierde su
razón de ser. Ya no es útil juzgarte a ti mismo ni a otros… entonces verás que
sólo el Amor queda allí… La total aceptación de todo lo que hay. Pero es una
aceptación de TODO como igualmente valioso y útil… cada uno brindando un paso
más… un peldaño más en la escalada de vuelta a Casa.
La Paz comienza conmigo.
Vero Tomzic
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