No es necesario identificar la memoria. De
hecho, en la mayor parte de los casos, nos será imposible identificarla…
simplemente porque está fuera de nuestro alcance en esta vida. Muchas veces,
desde mis memorias, puedo darme una idea de lo que hay que limpiar. Pero no
estoy identificando la memoria, sino la emoción que tiene lugar dentro de uno
mismo como respuesta a ese problema en particular.
Las emociones no son muchas… pero a veces hay
“mezcla de ellas”. No es necesario saber cuál es la emoción… lo importante es
prestar atención a eso que surge, para poder liberarlo. Pero nos sirve
muchísimo para hacer la conexión interna.
Qué estoy haciendo cuando trato de identificar
la emoción? Me estoy conectando con mi Unihipili. Estoy identificando eso que
me está perturbando y que, por lo tanto, está atormentando a mi Unihipili.
Estoy mirando “adentro”. Me estoy prestando atención a mí mismo.
Hay emociones que uno no quiere reconocer…, ni
siquiera con uno mismo. La emoción de impotencia “justiciera”, esa emoción que
dicta: “quiero que el otro pague, quiero que se haga justicia, quiero que
sienta lo mismo que estoy sintiendo ahora (algo prácticamente imposible que
suceda…)” es una de ellas. Si encuentran una resistencia, lo más probable es
que se trate de una emoción de impotencia “justiciera”. La llamo así porque la
emoción más fuerte es la impotencia, pero en realidad se trata de una mezcla de
emociones tóxicas.
Esta forma de prestar atención a mis emociones
me ha servido mucho para acostumbrarme a conectar con mi Unihipili. “Qué es
esto que estoy sintiendo?”… “me gusta esto que estoy sintiendo?”… “Como yo lo
he creado, entonces yo puedo cambiarlo” (100% responsable).
Como uno, normalmente, no reconoce que eso que
está experimentado “afuera” es un reflejo de “adentro”… sólo el simple rechazo,
sin tanto análisis, ya debería ser un “disparador” de la limpieza.
De otro modo, guardarás eso para acumular con
otras emociones tóxicas… y eso se reflejará en tu experiencia la mayor parte
del tiempo. Eso que guardas en tu corazón, se refleja en tu experiencia, y es
lo que “impregna” todo tu Ser.
Nadie más que uno mismo define qué es lo que
entra ó sale de su propio corazón. Nadie más que uno mismo decide eso que se
quedará guardado en su propio corazón.
Todo lo que hay en tu corazón, lo guardaste
allí por propia decisión. Nadie puede “poner” ó “sacar” nada de allí. Esa es TU
responsabilidad.
Eso que guardas en tu corazón es lo que te
define en ese momento. Puedes cambiar eso cuando lo decidas. Todos tenemos la
capacidad de definir qué guardaremos allí.
Si quieres guardar resentimiento… no habrá
lugar para el Amor. Si quieres guardar autocompasión… no habrá lugar para la
felicidad. Si quieres guardar angustias… no habrá lugar para la alegría. Si
quieres guardar enojo… no habrá lugar para la libertad. Si quieres guardar el
juicio… no habrá lugar para la Unidad.
Tienes la capacidad de elegir cómo es tu corazón.
Puedes elegir un corazón grande, expandido y
feliz, o uno pequeño, contracturado y triste.
Tu corazón es tu tesoro.
Guarda allí sólo lo que de verdad consideres
valioso.
Si no sacas de allí lo que no te gusta, se
comprime y se deteriora.
“Hay dos lobos peleando dentro de tu corazón…
uno se llama miedo… el otro se llama Amor. Sabes quién gana? Aquel al que
alimentas.”
“Cuando surge un problema, o cualquier cosa que te perturbe… busca
DENTRO de ti. No hay otro lugar para buscar”. Morrnah Simeona.
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