martes, 28 de abril de 2015

ALINIANDO EL JUICIO. MENSAJE DE P'TAAH ABRIL 2015

Interlocutora: P’taah el mes pasado hablaste sobre el juicio. Dijiste que aquello que juzgamos es una proyección de lo que está sucediendo dentro y que el universo apoyará esa energía que estamos enviando fuera. ¿Aprenderemos eso como un proceso? 

P’taah: Ciertamente, aunque preferimos no llamarlo “proceso” porque es lo que hacen ustedes cuando están procesando sus problemas. Más bien diríamos que se coloquen en el estado de permitir y bendecir el juicio y luego simplemente se trata de aquietarse y sentir la emoción. Porque bajo ese juicio negativo habrá un miedo, o esa manera en la que se ven a ustedes mismos, que es lo que crea la percepción de tu realidad exterior. 

Interlocutora: ¿Y qué pasa cuando parece que uno no puede saber cuál es el miedo? 

P’taah: La mayor parte de las veces se trata simplemente de hacerte la pregunta correcta, “¿Qué es lo que se siente? Se siente así… bien y ¿Eso a qué se parece? Para así llegar al fondo de la cuestión. ¿Entiendes? 

Interlocutora: Si. 

P’taah: Ahora bien, querida, como ya sabes la raíz de los problemas es siempre la misma. Y es creer que no son suficientes y que no viven en un universo seguro. Así que te puedes perder en la historia, pero en verdad no es más que un pequeño sentimiento. 
De lo que se trata es de prestar atención, así sea un juicio o cualquier otra cosa en su vida que no represente el más elevado ideal, su ideal más elevado, de quiénes son. Prestar atención a cómo se siente y lidiar con ello en el momento. Pero en realidad el juicio es una gran y maravillosa herramienta para ustedes. 

Interlocutora: ¿Te podrías extender un poco más en cómo lograrlo? 

MANEJANDO EL ENOJO, LA RESISTENCIA Y EL PESIMISMO. POR ECKHART TOLLE

domingo, 12 de abril de 2015

PARA MEDITAR


ENTREVISTA A Mª CARMEN MARTINEZ

APRENDIENDO A VALORAR. POR ISHA

En esta era en la que lo más común es lo rápido y descartable, en esta era de vorágine consumista, parecería no haber tiempo para apreciar áreas de nuestra vida que requieren de nuestra atención.  
Nos han enseñado a valorar más las metas, los logros, los alcances,  que los encuentros, que la relación que tenemos con nosotros mismos y con los otros. Y frente a esto, de algún modo, somos como un niño que tiene demasiados juguetes y usa-rompe-tira, ¿verdad? Y nos olvidamos de estar presentes con lo que sucede dentro nuestro y a nuestro alrededor, o simplemente, no sabemos cómo hacerlo, porque sólo aprendimos los caminos del lograr. 
Tanto hemos andado  como ciegos detrás del lograr, lograr y lograr, que ha sido como estar subiendo una montaña, mirando fijo hacia la cima, perdiéndonos de disfrutar del camino y de la magnificencia que se encontraba frente a nosotros.  Muchas veces pasamos la vida así, corriendo hacia el objetivo, y por alcanzarlo, nos olvidamos de la salud, de las relaciones, de los momentos de intimidad y afecto más importantes, viviendo en un vacío, sin valorar ni  cultivar el amor por nosotros ni por los demás.