Hoy comparto contigo una anécdota de esas tantas que guardo en mi corazón sobre las relaciones que entablo con las personas en mis seminarios en línea. En el último de ellos, ya casi al final, una mujer a la cual admiro mucho por su tenacidad y su espíritu guerrero, me escribió para preguntarme:
¿Todos tus días son buenos?
Le dije que no.
A cierto nivel todos los días son buenos, pero hay algunos otros días que no son tan buenos, observándolos desde un punto de vista humano y expresándolo como coloquialmente hacemos. Hay días en los cuales aparece un sentimiento indefinible, hay otros días en los cuales sólo siento una niebla pesada encima mío como si quisiera devorarme y hay algunos otros en los que sé muy bien qué es lo que estoy sintiendo y qué emoción ha salido a la superficie para ser limpiada.
En síntesis, todos los seres humanos tenemos días oscuros en los cuales podemos perdernos y aunque así sea, yo creo que hay que darnos permiso para hacerlo. Cuando una memoria de tristeza asoma a mi puerta y pasa rápidamente sin que yo me de cuenta, sólo digo GRACIAS y me siento agradecida por ella, ya que no tengo la más remota idea del por qué está ahí a mi lado y me amo aunque no sea fácil, me hago consciente de que mi prioridad NO es intentar cambiarme, sino aceptarme tal como soy.
Después de mi sesión de agradecimiento, viene la calma y la luz y el brillo aparecen. Me despierto otra vez.
No siempre puedes estar sonriente, no siempre manejas un mismo nivel de amor por ti o por los demás seres, porque viniste aquí precisamente a limpiarte a través de todo esto que los seres vivientes de la Tierra compartimos. En el Universo todo cambia, todo fluctúa, todo se mueve y nuestra misión es despertar en medio de la niebla y decirnos: Hey, te amo así!. Por lo tanto llora si tienes que hacerlo, descárgate y ámate en todos tus procesos, porque aunque no sea sencillo si se puede amar y aceptar el ruido de nuestra mente pensante, ya que es preciso adaptarnos al ritmo del cosmos, a su cadencia, a su son, a su melodía como si tan sólo fuéramos el instrumento en una gran orquesta. Con el paso del tiempo notarás que estos días ya no llegan con la misma frecuencia a tu presente.
Gracias lectora y lector por regalarme el privilegio de leerme.
Vivi Cervera 4/4/11
Vivi Cervera 4/4/11
No hay comentarios:
Publicar un comentario