Vivi Cervera
Cuando –de alguna manera- elegiste venir a este mundo, sabías que sólo había disponible un vehículo para nacer y este es el útero en el cuerpo de una mujer con la cual habrías de aprender muchas lecciones, algunas de ellas respecto del amor y otras sobre el rechazo. Menciono al amor y al rechazo porque la experiencia con la madre no siempre es grata, no siempre es amorosa, no siempre es buena y quizás más a menudo de lo que pudiera creerse, se nace con este lazo tan manchado por las propias memorias que se trae consigo al momento de llegar a este mundo, que para muchas personas se ha hecho casi imposible lograr una relación armónica con la madre.
Como ya sabrás existe en nuestro planeta una división entre lo masculino y lo femenino, entre el rechazo y la aceptación, entre lo activo y lo pasivo; sin embargo todo aquello que es masculino ha poseído la mente de cada ser humano (me refiero a hombres y mujeres) quizás para defenderse, quizás para intentar vivir mejor, quizás porque así cree solucionar los problemas que a diario se le presentan. Si te fijas bien, parece completamente natural resistirnos al flujo continuo de la vida y parece completamente natural resistirnos al proceso de la muerte, y en síntesis terminamos diciéndole a todo que NO, finalizamos el día rechazando nuestras propias creaciones.
En estos tiempos las cosas han cambiado un poco y estamos haciendo contacto con la divina madre, quien es un arquetipo que desde hace mucho tiempo simboliza los únicos sentimientos que pueden relacionarnos con la paz: la fusión, la aceptación, el amor, la afirmación, la integración y sobre todo la gratitud.
Te explico esto porque aunque tu relación con tu madre no haya sido buena, quiero que comprendas un par de cosas:
1. Aunque toda la vida te haya rechazado y te haya mostrado no sólo que no te quiere sino que te odia, tú estuviste ahí y si esto te lastimó estás llamad@ a limpiarlo, a sanarlo adentro de ti y por ti, básicamente por ti.
2. Aunque no puedas ni siquiera sospechar que ella te ama, existió una chispa divina en ella cuando aceptó concebirte y esa chispa cuyo origen no es humano es la causa por la que estás aquí y aunque creas que la vida a su lado fue más un castigo que una experiencia de aprendizaje, estás aquí y esa oportunidad de limpiar tus recuerdos es insuperable.
La chispa divina de la cual provienes se encuentra ahí donde somos luz y sin embargo antes de venir aquí ves una larga mesa con cajitas y tú eliges una de ellas para traértela contigo. Después naces y te das cuenta de que la cajita contenía el maltrato y el rechazo de tu madre, así que sin posibilidad de hacer un cambio, buscas un manual de instrucciones y encuentras sólo un pedacito de papel que dice: “En tu sufrimiento hallarás las señales para superar la memoria contenida en la cajita y jamás estarás sol@ aunque sientas que así es”. Después viviste tu niñez en medio de situaciones que fueron demasiado fuertes para ti y que te hicieron sentir muy triste y abandonad@, para después descubrir que tu sufrimiento es y seguirá siendo la materia prima que impulsa tu mundo al cambio y que sin él jamás habrías tenido la oportunidad de liberar tu alma de las deudas adquiridas.
El desamor de tu madre fue más regalo de lo que tú crees y esto es así únicamente si así lo aceptas, si logras decir SI. ESTO HA SERVIDO, entonces servirá. Es ahí cuando puedes atraer los sentimientos que simbolizan a la madre divina a tu vida, y entonces cuando llega el pensamiento de haber sido víctima o de haber sido el ser más infeliz por no haber tenido madre o por no haber contado con ella, que haces uso de las 4 palabras que curan y le dices a la divinidad en ti: Lo siento, perdóname, gracias, te amo. Y ¿sabes por qué lo haces? Porque has aprendido a hacerte responsable de lo que sientes, independientemente de las personas a tu alrededor. Si sientes ese vacío existencial entonces es importante limpiarlo porque sólo así te sentirás mejor.
Si has llegado a ser madre, ten presente que tu hij@ también eligió una cajita y que esto te convierte automáticamente en alguien inocente. La inocencia que puedas aprender a ver en tu propia madre, será la misma que podrás percibir en ti. Yo no tengo hijos porque nací sin esa vocación ya que me fue asignada la misión que estoy llevando a cabo y por la que me siento agradecida.
La divina madre ha sido representada por la Virgen María para los católicos, por Kwan Yin para los chinos, por Isis para los egipcios, por Inanna para los sumerios, por Yemayá para los africanos, Hera y Démeter para los griegos, entre muchas otras. Lo mejor de todo es que hemos aprendido que cada diosa representa tanto en el hombre como en la mujer, a aquellos sentimientos que en algún momento harán de todos uno en nuestra propia conciencia de la vida.
Feliz día de la madre divina, hoy se festeja en algunos países de América Latina. Dios bendice por siempre a todas las madres por dar vida. Yo bendigo la tuya porque gracias a ella te conocí.
Este artículo está inspirado en ti ABC, porque admiro tu Ser interior. Te amo.
Me siento agradecida conmigo misma porque elegí una cajita llena del amor de mi madre Francia hacia mí y aparte de todo crecí sintiendo el amor y la veneración que mi madre le tuvo a mi abuela Rosa desde siempre.
Gracias lectoras y lectores por existir. Les amo.
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