martes, 10 de agosto de 2010

Ho'oponopono y el Intelecto



En Ho'oponopono aprendemos que el intelecto no fue creado para saber, fue creado para elegir. Esa es la única función del intelecto. Estamos para soltar o no soltar, para tener razón o no, para tener la última palabra o no. Tenemos la elección de hacerlo por el camino del intelecto o por el camino de Dios.
Este viaje a Israel me hizo tomar más consciencia de que nuestros ancestros sabían que la única forma de ver y experimentar milagros era a través de la fe, y que manteniéndose unidos encontrarían la fuerza para enfrentarse a cualquier desafío que se interpusiera en su camino. Sabían que la solución a sus problemas vendría del cielo. La respuesta no se encontraba en la Tierra.
Desafortunadamente, al evolucionar nos educamos más, nos separamos cada vez más de la fuente y decidimos que sabemos más y que vamos a resolverlo.
De algún modo nos hemos confundido. Creemos que debemos llenar nuestro intelecto con conocimiento, pero el intelecto nos fue dado para elegir entre pensar y engancharse o soltar.
Hemos afianzado tanto la creencia de que el propósito del intelecto es almacenar y comprender información, que basamos nuestro sentido de la identidad en esta idea. De esta forma, nuestro intelecto intenta convertirse en algo que no es y siempre nos empuja a ser algo que no se supone que seamos.
Para romper este ciclo debemos darnos cuenta de que somos sabios por naturaleza, y que nuestra sabiduría no reside en el intelecto. La creatividad tampoco se encuentra en el intelecto. La creatividad es nuestro estado natural. Llega y funciona en formas que no podemos explicar. En realidad, nuestras ideas y acciones sólo vienen de la Inspiración o de las memorias.
Ahora bien, la Inspiración solo puede llegar cuando estás vacío y abierto. No puede llegar cuando estás hablando, pensando o preocupándote. Para alcanzar tu mayor potencial, debes volver a convertirte en niño, en un niño sabio. Debes confiar en que eres guiado y protegido cuando no estás pensando o preocupándote y que te encuentras abierto a todas las posibilidades. Necesitas volver a tus raíces, al momento antes de que te educaste tanto que perdiste la pista de quién realmente eres.
Nosotros somos los que complicamos nuestra existencia. Somos los que pensamos que sabemos lo que es bueno para nosotros y hacemos listas de lo que queremos atraer, cuánto y cuándo, pero en realidad no tenemos ni idea de lo que es bueno para nosotros, y más aún, para quién hacemos la lista? Hacemos lista para el Creador, que sabe más que nadie y sabe qué necesitamos y cuándo lo necesitamos. Somos en verdad muy arrogantes.
Anthony De Mello lo dice con claridad, “Cuando tomas consciencia, te haces más sabio. Eso es lo que se puede llamar verdadero crecimiento personal. Comprende tu orgullo y abandónalo, como resultado obtendrás humildad. Comprende tu infelicidad y desaparecerá, como resultado obtendrás un estado de felicidad. Comprende tus temores y éstos se derretirán, el estado resultante es amor. Comprende tus apegos y éstos desaparecerán, la consecuencia es libertad.”
Piensa en la naturaleza. Observa las flores, por ejemplo. De ningún modo podríamos los humanos crear tal belleza. Necesitamos admitir que existe una inteligencia Divina. Piensa en tu cuerpo. No necesitas pensar cómo respirar o cómo hacer que tu corazón lata. Estamos rodeados de milagros Divinos.
Vuelve a sorprenderte y maravillarte como en tu infancia. Utiliza el intelecto para su propósito original en lugar de permitirle que te vuelva loco. Una vez que abras tu corazón y dejes de intentar controlar la realidad, cosas maravillosas comenzarán a surgir a tu alrededor, y recuperarás tu sentido de la felicidad y la libertad.
¡La verdad te hará libre!


Mabel Katz,

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